Los “quedantes”
Me sentí anciana, anticuada, de otra época, cuando escuché que eran “quedantes”. ¿Cómo es eso? Yo sabía de ser pretendientes, ser novios, quizás amigos con derechos, “amigovios” o hasta amantes, pero ese tipo de relación no la conocía, nunca la había oído.
“Ya no es luego luego ser novios”, me actualizó un joven que recién había acordado con su compañera de gimnasio ser “quedantes”; me explicó que ya después verían si la relación avanzaba bien como para dar el siguiente paso y, ahora sí, ser novios.
Ser “quedantes” es algo serio y muchísimo más común de lo que uno podría pensar; es un nuevo vínculo afectivo que está de moda entre las y los jóvenes, principalmente menores de 25 años (quizás por eso uno ni enterado). Es algo así como ser novios, sin ser novios.
Sí, pareciera complejo. Lo más lógico, para quienes somos adultos, es pensar que se trata de esa etapa del cortejo y en la que estás quedando bien, ese periodo de conocerse, de conquista, de invitarle a salir… Pero cuando sabes que “los quedantes” salen a citas y la relación también puede incluir el contacto físico, entonces, podría pensarse: “pues, eso en mi época, era ser amigos con derechos o lo que sería lo mismo `amigovios´”. Y no, tampoco es eso y las generaciones de hoy lo tienen bastante claro.
“Mi hija tiene un año con su ‘quedante’, yo creo que ya no tardan en ser novios”, me compartió una señora, “qué bueno que se esperaron todo este tiempo para conocerse mejor”.
Y pareciera que las y los jóvenes van prolongando más el tiempo para formalizar las relaciones. Según datos del Inegi, hasta el año 2021 la gran mayoría de la población joven estaba soltera: 72% de las personas entre 15 y 29 años. Cifra que contrasta, por ejemplo, con que 50% de los adultos de entre 30 a 59 años estaban casados y 21% en unión libre.
Ser “quedantes” no significa estar en una relación libre o mucho menos ser “frees” (relación meramente sexual, sin mayor compromiso). No. “Los quedantes” ponen sus propias reglas o tienen sus acuerdos, según sea el caso y lo que mejor les convenga. Por ejemplo, mientras hay quienes dicen que se pueden tener varios o varias “quedantes” a la vez, hay quienes defienden que implica exclusividad.
“Es algo que ya lo hablaste y hay una cierta exclusividad, bueno, toda la exclusividad”, me aseguró el joven que se estrenaba como “quedante”.
Ser “quedantes” bien podría ser el purgatorio amoroso o de las relaciones, en donde estás a unos pasos de tener el sí, pero sigues sin ser nada… o por lo menos, sin aún ser novios. Al final, se le puede poner el título que sea a las relaciones, siempre que haya respeto, términos claros y acuerdos que ambos cumplan.
Yo me quedo con la época del noviazgo y el romanticismo desde el principio, aunque como diría una amiga: eso era en nuestros tiempos.
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