Los propósitos para el 2020
Rápido pasa el tiempo y ya estamos a mitad de enero.
Lo que tenemos que reflexionar es si verdaderamente hicimos verdaderos propósitos para el año que empezó con mucho entusiasmo y va caminando con firmeza.
Ahora es todavía buen momento para revisar la sinceridad y validez de nuestros propósitos, porque si vamos a esperar a cuando llegue nuevamente diciembre, como dijo aquel: “ya pa qué”
Si nuestro final o nuestro inicio de Año, fue pura euforia, ahora, ya con la cabeza fría y una mayor sensatez, podemos revisar nuestra agenda y ver qué es lo que queremos lograr y mejorar este tiempo que empieza con paso firme.
Y si por acaso todavía te queda un renglón, te hago una sugerencia: ya en otros momentos habíamos comentado la importancia de cuidar los pensamientos, porque son los que luego van a orientar nuestras acciones y actitudes.
Hoy la sugerencia va en la línea de las palabras.
Reconocer que las palabras son muy importantes en nuestra relación diaria, con Dios, con la familia con las personas con quienes interactuamos en el trabajo, en la escuela, en todos los ambientes en los cuales nos movemos, y hasta en los transportes, las oficinas y los comercios…
Recordemos que al despertar un “GRACIAS” a Dios por el nuevo día que tenemos la oportunidad de iniciar, ya da un toque de bendición a toda nuestra actividad.
Unas palabras afectuosas a la familia, es una flor de amor en cada corazón y que seguirá perfumando la jornada…
Y así sucesivamente, un “Buenos días”, puede motivar a una persona, y un “Gracias” hace más sabroso el desayuno.
Así sucesivamente, durante el día, la semana, el mes…
Podemos ir contabilizando cuales fueron nuestras palabras amables, bondadosas, gratificantes y cuántas de ellas se convirtieron en bendición o caricia para quienes las recibieron.
Pero también podemos tener en cuenta que en todo el mundo estamos alzando los ojos al cielo y elevando una oración a Dios por la Paz.
Entonces vamos a recordar que la verdadera paz empieza en el corazón de cada uno.
Por lo tanto evitaremos palabras de crítica, burla, chisme, bromas álgidas, albures y groserías…
Todo lo cual se resume en que entre los buenos propósitos vamos a incluir también “buenas palabras”.
Y así seguiremos afirmando cada día, no solamente el 1º. de enero Feliz Año 2020.
Porque como dijo N.N. ya nos cayó el 20.
Y otra vez: Felicidades.