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Los números de Alfaro vs. los de López-Gatell

A partir de los reportes que aparecen en los sitios oficiales de los gobiernos federal y estatal, se han elaborado las gráficas que más adelante se presentan, las cuales muestran el comportamiento de los casos acumulados, que, de acuerdo con la información federal son 17 mil 587, y conforme a las cifras estatales ascienden a 43 mil 491 (2.5 veces más). 

Esa enorme diferencia obedece a que el Gobierno de Jalisco inició en abril la realización de pruebas diagnósticas, utilizando laboratorios privados y de la Universidad de Guadalajara, y los casos positivos detectados en estos laboratorios se cuantifican en la estadística del Estado y no en la federal.

En las gráficas de barras que se muestran después, se registran los contagios que semana a semana se van dando. La diferencia es considerable, de acuerdo con los datos federales, en la semana más reciente hubo mil 653 nuevos casos en Jalisco; mientras que en los registros del Gobierno Estatal se contabilizaron cuatro mil 675 (casi tres veces más).

En la gráfica con los datos de Gobierno Federal se puede notar qué, a pesar del leve incremento ocurrido en la semana más reciente, es un número que ha permanecido relativamente estable desde la primera semana de julio. 

En la gráfica con los datos del Gobierno Estatal, no obstante que se observa un leve decremento en la última semana, la tendencia es ascendente.

En conclusión, tenemos dos fuentes oficiales de información que arrojan datos muy distintos. Entonces, ¿a quién le vamos a creer? ¿Al Gobierno federal, al estatal o a ninguno? Cada quién elegirá lo que mejor le parezca.

Yo, personalmente, prefiero basarme en los datos estatales por una razón fundamental: el Gobierno federal ha sido renuente a realizar pruebas, a pesar de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS); incluso está documentado que en las últimas semanas se ha reducido aún más el número de pruebas que se aplican en las instituciones sanitarias del Gobierno federal, lo que evidentemente implica un importante subregistro de casos asintomáticos, así como de casos diagnosticados con neumonía atípica u otros padecimientos.

Lo que sí, es una realidad, asumiendo cualquiera de las versiones, es que el problema sigue presente, que la ola de contagios sigue siendo muy intensa y que no debemos relajar las medidas precautorias.

Desafortunadamente los mensajes y las acciones de gobernantes han sido desconcertantes. Especialmente el Presidente de la República y su comisionado para atender la epidemia han distorsionado la información y han mandado señales totalmente opuestas a las recomendaciones de la OMS; lo que lejos de contribuir a que la población actúe responsablemente, provocan la sensación que el problema no es tan grave y se relajen las medidas más elementales de previsión.

Vale reiterar qué, con base en las evidencias estadísticas observadas, la única forma de lograr disminuir la intensidad de la pandemia es que todos nos cuidemos y cuidemos a los demás, haciendo lo siguiente: sólo salir a realizar actividades esenciales y siempre con cubrebocas (que cubra nariz y boca), aseo permanente de manos y guardar una distancia mínima de 1.5 metros de otras personas.

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