Los “novatos” sufrieron el Opening Night...
Atlanta, Estados Unidos
Es una tradición reciente, pero tradición a fin de cuentas: el lunes por la noche, en la semana del Super Bowl, el horario que normalmente ocuparía un partido de la Liga es reemplazado por un evento en donde se juntan periodistas, fanáticos y los grandes protagonistas del evento: los equipos que disputarán el trofeo Vince Lombardi.
Este año, en Atlanta, el evento se celebró en la State Farm Arena, casa de los Hawks de la NBA. En punto de las 19:10 horas (tiempo local), los jugadores de los Rams de Los Ángeles salieron entre humo, música y aplausos al escenario principal colocado justo en el medio del lugar. Saludaron y después ocuparon sus lugares. Lo mismo sucedió más tarde con los Patriots de Nueva Inglaterra.
En este tipo de noche, los representantes de la prensa hacen todo lo que pueden para destacarse entre un mar de reporteros. Algunos vestidos de payasos (literalmente), otras de escaramuzas e, incluso, un par de niños que sirven como reporteros. Aquí todo se vale con tal de conseguir una declaración. En las tribunas, los aficionados que compraron su boleto escuchan, a través de una radio, las declaraciones de los jugadores seleccionados para estar en el estrado. Es un verdadero circo de tres pistas, aunque no es divertido para todos.
Mientras que los Patriots son expertos en manejar el evento, y se nota que han aprendido a disfrutarlo, a los jugadores de los Rams se les sentía incómodos, como el invitado a una fiesta que no conoce a nadie y no tiene de qué hablar. La mayoría de ellos se mantuvieron en un rincón, alejados del centro del lugar, casi escondidos, tal vez temerosos por no equivocarse. Parece que no todos entendieron que aquí el rigor de sus entrenamientos podía quedarse en la puerta.
Esperemos que lo sucedido en la noche inaugural no sea un reflejo de lo que veamos en el Mercedes Benz Stadium el domingo, pues aquí la novatez le pesó a los Rams.