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Los injustificados motivos de AMLO

Las fotografías que han circulado en las redes sociales hablan por sí solas de la tragedia que se vive en los territorios atacados por el grupo terrorista Hamas en Israel. Las más desgarradoras son aquellas en donde se ve a un bebé ensangrentado en una bolsa mortuoria; en otras se pueden observar los cuerpos de ancianos que fueron acribillados dentro de sus casas; mientras que las más frecuentes en los medios informativos, son las que han aparecidas en los diarios del mundo que muestran a decenas de cuerpos tirados en las calles israelíes.

Hasta ayer por la tarde -de acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU)- los ataques en la Franja de Gaza superan los 1,300 y en Israel la cifra casi llega a los 1,500. La condena internacional -por el ataque terrorista- se puede decir que es universal, pero no, porque hay algunos gobiernos que han decidido calificarse como “pacifistas” y mantenerse al margen de reprobar las acciones criminales como es el caso del inquilino de Palacio Nacional. Las primeras planas de los diarios en el mundo y los noticieros de televisión dedican gran parte de su espacio al conflicto en medio oriente y para López Obrador no pasa nada.

Y uno se pregunta, ¿por qué López Obrador no condena la agresión, la manera deshumanizada como han acabado con la vida de personas inocentes?. Al margen de la posición política en que quiera ubicarse o que quiera defender, como es posible que no pueda asumir una actitud de reprobación a la masacre indiscriminada en contra de la población israelí. ¡Ah, se me olvidaba...!, él profesa la doctrina “abrazos, no balazos”.

Para el mandatario mexicano -solo por un año más- las masacres, cuerpos acribillados, charcos de sangre, tragedias familiares, las lágrimas y consecuencias de estelas de muerte, no le asustan ni le sorprenden. Para él es algo normal y cotidiano. Solo hay que revisar las estadísticas de violencia -hasta el día de ayer- en nuestro país y darse cuenta que lo que sucede en medio oriente es ‘pecata minuta’. En medio oriente se han contabilizado alrededor de 2 mil 800 muertes en el conflicto que se inició el sábado pasado. Aquí en México, esa misma cifra de víctimas se registra todos los meses en promedio, por lo que en este sexenio ya se ha establecido todo un récord de asesinatos violentos. Por eso, para López Obrador el número de víctimas, ni la manera como fueron segadas sus vidas, no le sorprende, no le asusta y menos le preocupa. Él es un pacifista incapaz de condenar los ataques terroristas y lo único que pregona es su ridícula política de ‘abrazos, no balazos’ que solo promueve más violencia y causa más
muertes.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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