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Los “call center” de “El Mencho”

El caso de los siete desaparecidos empleados en dos “call center” de Zapopan operados por el crimen organizado revela los tentáculos trasnacionales y la sofisticación que ha alcanzado el cártel local para aumentar sus ingresos. 

Itzel, Carlos, Jesús, Arturo, Mayra Karina, Jorge y Carlos B. desaparecieron la semana pasada. La Fiscalía del Estado realizó dos cateos en las colonias Jardines Vallarta y La Estancia, en Zapopan. En ambos encontraron las oficinas de sendos “call center” y pizarrones con nombres extranjeros, anotaciones de membresías o tiempos compartidos y metas económicas a lograr. 

El fiscal Luis Joaquín Méndez informó que estos lugares se utilizaban para cometer fraudes a extranjeros con la venta irregular de tiempos compartidos (al menos cinco de los desaparecidos eran bilingües). 

El modus operandi de estos fraudes coincide con los señalamientos del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. En marzo de este año advirtió que el cártel Nueva Generación había ampliado sus fuentes ilícitas de ingresos con estafas a norteamericanos dueños de tiempos compartidos en Puerto Vallarta. Les hacen ofertas no solicitadas de compra y les piden pagos de tarifas e impuestos por adelantado que nunca les regresan. Por esa actividad sancionó a ocho financieras e inmobiliarias. 

Un mes después, en abril, el Tesoro reveló que contaba con 600 denuncias de víctimas de estos fraudes con un desfalco cercano a los 40 millones de dólares. En esa segunda ocasión sancionó a 19 inmobiliarias y financieras ubicadas en Puerto Vallarta, Guadalajara y Bahía de Banderas, así como siete personas ligadas al cártel. 

Esta no es la primera vez que tenemos noticia de estos “call center” del cártel. En 2015, la Fiscalía procesó a cuatro detenidos que mantenían en cautiverio en Colinas de San Javier a un hombre que logró escapar y dar aviso a la autoridad. 

La dependencia informó entonces que en esa finca operaba un “call center” para la venta fraudulenta de tiempos compartidos a norteamericanos. La víctima había sido privada de su libertad luego de que, como trabajador del lugar, descubrió la estafa e intentó denunciar. 

Significa que el cártel tiene al menos ocho años que opera este tipo de estafas sin que ninguna autoridad, local o federal, haya intervenido.  

Es asombrosa la forma en que el Nueva Generación se ha integrado en nuestra economía local con una visión trasnacional: funda empresas criminales, opera negocios fachada, blanquea capital y desaparece ciudadanos. 

Como un agente patógeno maligno, el crimen ha encontrado condiciones favorables para su reproducción en el anterior y presente sexenio. La consolidación de nuevos mercados y más fuentes alternativas de financiamiento denotan que el cártel está más fuerte que nunca. 

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