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Lo quisieron matar sus “mejores amigos”

Hace exactamente 59 días -18 de mayo- en Dallas, Texas, Donald Trump se definió como “el mejor amigo que los propietarios de armas han tenido en la Casa Blanca”. Eso lo dijo en la reunión de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), donde recibió el respaldo de esa organización para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Trump agradeció el gesto y solicitó su voto diciendo que “creo que ustedes son un grupo rebelde. Pero seamos rebeldes y votemos esta vez”. Y les advirtió que si Joe Biden se reelige, “si consigue cuatro años más, vendrá por las armas de ustedes, 100 por ciento seguro. El corrupto de Joe tiene un historial de 40 años de intentar arrancar las armas de las manos de los ciudadanos que acatan la ley”, y que por eso deberían tener muy en mente la Segunda Enmienda constitucional que otorga a los ciudadanos el derecho de portar armas. Y en base a la ley, la NRA realiza un intenso “lobby” en contra de todas las formas de control de armas, argumentando que las armas hacen que el país sea más seguro, dedicando millones de dólares a las campañas de candidatos que apoyan esa posición.

Con motivo de la convención de la NRA, la portavoz del Comité Nacional Demócrata, Kenia Guerrero, emitió un comunicado, donde señalaba que “Donald Trump no solo está haciendo campaña con una agenda que pretende retroceder el progreso que el presidente Biden ha logrado para frenar la epidemia de la violencia armada, sino que también está presentando una plataforma de venganza y retribución, utilizando el poco tiempo que pasa haciendo campaña para escupir su retórica de odio, además de llenarse los bolsillos con dinero de la NRA”.

Una de las armas más populares que algunos miembros de la Asociación del Rifle producen es el semiautomático AR-15, del que se estima hay por lo menos unas 20 millones de piezas en las calles de Estados Unidos y que está muy cotizado por ser un arma liviana y fácil de disparar, dicen los enterados. Bueno, pues con un arma de esa categoría el sábado pasado le quisieron quitar la vida a Donald Trump. El candidato republicano estuvo a punto de ver frustrado su intención de querer regresar a la Casa Blanca por cuestión de milímetros o cuestiones del destino. Pudo haber sido por mala puntería de su agresor o porque el movimiento de Trump al estar hablando le salvó la vida. Sin embargo, al margen de eso, uno se preguntaría si después de la “experiencia de vida” que “vivió” el expresidente, seguirá pensando -en caso de regresar a la oficina Oval- en ser “el mejor amigo” de los propietarios de armas y seguir promoviendo a los patrocinadores de campañas políticas de la NRA.

¿Usted, qué opina?

Daniel Rodríguez

daniel.rodriguez@dbhub.net

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