Llegó la hora
Seguramente la mañana de este día será estresante. El Tri de los “malos augurios”, el que no convence, al que se le pronostica una sombría actuación en el Mundial, se presenta ante Polonia en un partido fundamental para el que aspire a avanzar a la siguiente ronda, según la lógica, como escolta de Argentina.
No hay demasiados argumentos futbolísticos que sustenten un posible optimismo del representativo mexicano, por lo que como ya es costumbre hay que tener los rosarios en la mano, las veladoras encendidas y las plegarias aprendidas, esperando que por intercesión divina, nuestros futbolistas se sublimen y un milagro como el que se produjo en Rusia contra Alemania se repita, en el entendido de que en este caso el sinónimo sería Argentina.
Como sea, otro proceso en el que la estructura del futbol mexicano, que prioriza lo comercial sobre lo deportivo, orilla a cuestiones subjetivas o motivacionales para hacer creer que se cuenta con un equipo competitivo. “Hay que tener fe”, “México se transforma en el Mundial”, “el apoyo de la gente será fundamental”, son algunas de las frases que dicen cada cuatro años, mismo lapso en el que se le sigue suspirando al quinto partido, pero si las cosas se siguen haciendo igual, ¿cómo esperar resultados diferentes?
Por ahí las cosas salen bien, porque en el futbol los partidos hay que jugarlos, y el criticado Martino empieza a “callar bocas”, y Funes Mori resulta ser el goleador esperado, y si se repite la historia de Francia ‘98 o de Rusia 2018 y el equipo mexicano sorprende a todos, jugando bien y ganando todos estos escenarios son posibles, aunque se consideran poco probables. ¡El deseo es que se den!
Polonia no es “Lewandoski y diez más”, si bien es cierto que el conjunto dirigido por Czeslaw Michniewicz no es de los equipos “top” de Europa, pero cuenta con elementos que juegan en equipos de nivel del viejo continente como Arkadiusz Milic y el portero Wojceiech Szczesny en la Juventus, Piotr Zielinski compañero del “Chucky” Lozano en el Nápoles, o Gregorz Krychowiak.
Pero el centro delantero del Barcelona es un goleador que tiene la capacidad para definir un partido en cualquier momento, un jugador de esas características, México no lo tiene, no es algo definitivo, pero sería mejor tenerlo; en su tiempo se tuvo a Hugo Sánchez.
Lo que ya es una postal característica de cada mundial, la presencia de aficionados mexicanos en la sede de la Copa del Mundo en Qatar ya se dejaron ver, algunos llamando la atención con sus peculiares maneras, y “presumiendo” sus ingeniosas formas de burlar las normas establecidas, para según ellos hacer patente su “inteligencia”.
Independientemente de eso, el colorido y pasión que a las tribunas de los estadios mundialistas le dan nuestros aficionados siempre es especial y emotivo. Ellos al igual que millones en México con la esperanza puesta en que cuando el árbitro australiano Chris Beath termine el partido la euforia se desborde. Ese es el deseo, ya veremos que le depara el destino al equipo Tricolor.
En el otro frente, la tarde noche de ayer hubo tumultos, y muchos se quedaron afuera de la sala de conferencia del Centro de Convenciones, todo provocado por la presencia de Lio Messi en la conferencia de prensa de la Selección Argentina. En toda Doha entre los aficionados locales y de muchas otras partes está desatada la Messimanía, veremos el sábado.