Liman asperezas
Lo vimos y no lo creímos. Lo volvimos a ver y sí, en efecto, el gobernador Enrique Alfaro se disculpó con las feministas durante la presentación del reglamento de la Secretaría de Igualdad Sustantiva entre Hombres y Mujeres.
Expresó que si sus palabras habían ofendido a alguien, anteponía sus disculpas, pero ya me conocen, añadió el gobernador, y celebró que gracias a que ellas y él tenían un estilo propio, se podían “hablar de frente”.
La verdad es que clausurar el diálogo con las mujeres sólo le acarreó un desgaste político gratuito al inicio de su administración cuando más deseaba lucir.
Como dicen por ahí, disculpa es igual a quítame la culpa. Ya veremos si las feministas aprovechan para consolidar el diálogo y la construcción de la mejor agenda de género del país a partir de este reset.
***
Parece que el Ipejal más que jefe de inversiones en la administración pasada tenía un ludópata digno de un casino en Las Vegas porque cada apuesta que hizo fue de alto riesgo y millonaria.
Como si las mermas no fueran bastantes con Villa Panamericana y Abengoa, este año el Instituto enfrenta un nuevo “boquete” con la inversión para crear un desarrollo inmobiliario en su edificio del parque Agua Azul.
El organismo ya demandó a la empresa encargada del proyecto, que se encuentra parado y que debió estar listo este año. Por eso los parroquianos de esta H. Cantina dicen que, a propósito del descubrimiento científico del año, para hoyo negro el del Ipejal y sus finanzas.
***
Nos preguntamos por qué el fiscal estatal, Gerardo Octavio Solís Gómez, insiste en descalificar la herramienta Seguridad Map lanzada por la anterior administración.
Esta aplicación en línea muestra un análisis situacional de los delitos mes con mes al geolocalizarlos y revelar las zonas de alta incidencia delictiva.
Sin embargo, Solís Gómez ha reiterado que esa aplicación, que por cierto costó 230 mil pesos a la gestión pasada, nada tiene que ver con la dependencia que encabeza.
“Habría que investigar quién está alimentando esos datos”, dijo. ¿Y habrá leído la leyenda que dice que se alimenta con datos de la Fiscalía Estatal? ¿La conocerá siquiera?