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Ley agraria de Morena, un respiro al neoliberalismo

Los promotores de la cuarta transformación de la República ya están gobernando. Aunque la rama ejecutiva apenas asumirá funciones el 1 de diciembre, la rama legislativa ya ha tomado decisiones como la de eliminar pensiones a ex presidentes y regular los sueldos de los servidores públicos. Aunque esta iniciativa es llamativa, no es tan relevante como otras que los legisladores del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) han presentado en las cámaras.

Más importante que eliminar pensiones a ex presidentes es la iniciativa para crear una Ley para el Desarrollo Agrario, que sustituye a la Ley Agraria de 1992. Esta iniciativa fue presentada el 23 de octubre por el coordinador de los senadores de Morena, Ricardo Monreal, y avalada por legisladores del PRI, PAN, PRD y PT.

Tras 26 años de la reforma al Artículo 27 Constitucional y la Ley Agraria expedida en el Gobierno de Carlos Salinas a contrapelo del derecho agrario emanado de la Revolución, ahora Morena sostiene que es necesario modificar la legislación.

Según la exposición de motivos de esta iniciativa de un partido que llegó al poder criticando a la partidocracia tradicional, lo que requiere el campo mexicano es una capitalización para detonar su desarrollo. Recuerdan que “los ejidos y comunidades son propietarios de 51% del territorio nacional”, con tierras y recursos naturales estratégicos: “Para ello es urgente actualizar el marco legal que los sitúe como parte de los actores principales del desarrollo nacional; como agentes económicos en el desarrollo de su región y del país”.

La ley agraria que propone Morena no propone revertir el cambio en el Artículo 27 Constitucional y la Ley Agraria salinista, sino darle continuidad. Así lo han destacado tanto el Congreso Nacional Indígena (CNI) como la Red Mexicana de Afectados por la Minería (Rema).

Rema declaró que la propuesta de Morena “pretende claramente vulnerar el papel de los pueblos y comunidades campesinas como sujetos de derecho, a fin de facilitar el acceso de terceros a las tierras y territorios de los núcleos agrarios. Este documento está diseñado bajo la misma lógica que impulsó la contrarreforma agraria de 1992 durante el Gobierno de Carlos Salinas y, además, agiliza la implementación de las reformas neoliberales impulsadas por el Gobierno de Enrique Peña Nieto, especialmente respecto a la Reforma Energética”.

Carlos González, integrante del CNI y abogado experto en derecho agrario, sostuvo que la iniciativa de Morena representa “sin dudarlo, una continuación de las reformas estructurales impulsadas por el régimen saliente” (La Jornada, 3 de noviembre, 2018).

No se espera del Gobierno de la Cuarta Transformación una postura anticapitalista, pues jamás se han pronunciado en ese sentido. Pero al menos sí hay evidencia de que ofrecieron desmontar el modelo neoliberal.

La ley agraria de Monreal es justo lo contrario. Su iniciativa está redactada con el mismo sentido que animaron a los liberales del Siglo XIX y de los neoliberales del Siglo XX y XXI: considerar las tierras de pueblos y ejidatarios como bienes ociosos o en manos muertas a los cuales hay que “desarrollar” con agentes privados externos que les lleven capital y lograr así la explotación de la tierra.

La iniciativa de Monreal es más semejante al proyecto neoliberal de Carlos Salinas, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, que al proyecto de cambio político por el que votaron 30 millones de mexicanos. Es una traición al mandato popular del pasado 1 de julio.

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