Ideas

Lemus, el buscador

Cada inicio de sexenio, el gobierno estatal entrante aplica una reingeniería administrativa que se convierte en el último ajuste en papel antes de aterrizar (o estrellarse) en la realidad.

Ante la crisis de personas desaparecidas, Pablo Lemus propuso una Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas que tendrá a su cargo el Escudo Urbano C5 y el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.

También creará una figura subordinada a esta nueva dependencia: el secretariado técnico del Comité Coordinador del Sistema Estatal de Búsqueda. Al margen del nombre, que remite al burocrático y fallido sistema anticorrupción, hay un énfasis en la colaboración interinstitucional, algo necesario.

Al margen de revisar la iniciativa a detalle (la obtuve anoche), llama la atención el nombre que enfatiza la “búsqueda” como si hubiera una renuncia a prevenir y la aceptación tácita de que el problema continuará.

Se trata de un aspecto nominal y una apreciación personal. Concedamos el beneficio de la duda a Pablo Lemus como lo hicimos con sus antecesores.

Recordemos que Aristóteles Sandoval creó la súper Fiscalía General del Estado que concentró todas las atribuciones de seguridad en Luis Carlos Nájera. En la recta final de su mandato instauró la Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas.

Por su parte, Enrique Alfaro creó cuatro súper coordinadores con sueldos de 142 mil pesos mensuales cada uno. Entre ellos el Coordinador General Estratégico de Seguridad, en la práctica una vocería cara cuya jerarquía y utilidad es una incógnita.

Existe la extraña asociación de que un nuevo diseño administrativo garantiza la solución cuando no siempre es así. Incluso ha ocurrido lo contrario.

Sin embargo, lo más importante ahora es conocer qué piensa Lemus del problema.

¿Qué visión y nivel de conciencia tiene Lemus de la crisis de personas desaparecidas? ¿Suscribe la idea de que “la mayoría se va por su propia voluntad”? ¿Cree también que la localización de fosas clandestinas es un indicador de éxito? ¿Reconoce que 9 mil de 15 mil desapariciones ocurrieron en este sexenio y que el modelo actual es indefendible? ¿Está consciente de la infiltración del crimen en el aparato de seguridad?

Cuando una nueva gestión reestructura la administración lo hace fundamentalmente por dos razones: optimizar un área de gobierno o corregir un problema. La diferencia es sutil, pero relevante.

La primera razón pone el acento en algo que funciona bien y debe funcionar mejor; la segunda, parte de la idea de que algo opera con deficiencias y hay que corregir. Esta última define la capacidad autocrítica de un gobernante.

Reconocer que existe un problema y formularlo en su verdadera dimensión es la mitad de la solución. Lo que no ocurrió con Enrique Alfaro que sigue contando a los localizados. ¿Será distinto con Pablo Lemus?

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