Lemus debe escuchar a las familias
Aún no asume como gobernador y Pablo Lemus Navarro va a comenzar con el pie izquierdo su relación con las familias víctimas de desaparición de personas en Jalisco. La buena intención de reestructurar las dependencias encargadas de combatir este delito ha quedado dañada en su legitimidad al presentar la iniciativa para crear la Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas y al ser aprobada por los diputados en el Congreso del Estado sin conversar, coordinar y contar con el visto bueno de los colectivos de familias que tienen uno o varios hijos ausentes.
Aunque después de que fue aprobada esta iniciativa por los legisladores, el gobernador electo Pablo Lemus dijo que rectificaría y buscaría conversar con los colectivos de familiares, el nuevo gobierno tiene qué hacer mucho más para ganarse la confianza y la legitimidad de las familias organizadas que buscan a sus desaparecidos.
En declaraciones que hizo a comienzos de este mes Pablo Lemus dijo que uno de los momentos que más lo marcó durante su campaña por la gubernatura fue encontrarse con familiares de personas desaparecidas en Lagos de Moreno y posteriormente con otros colectivos en todo el estado. Es de gran ayuda que el gobernador electo se muestra empático con las familias víctimas luego de que el gobernador saliente Enrique Alfaro Ramírez dejó de recibir a los colectivos para atender y escuchar sus demandas. Es pertinente recordar que durante el actual sexenio creció exponencialmente la cifra de personas ausentes y volvió a Jalisco en el epicentro de las desapariciones en todo México con más de 15,200 casos.
Por eso podría celebrarse que el gobernador electo planteé reestructurar las agencias que combaten este delito al plantear una nueva Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas, tal como presentó al Congreso del Estado la iniciativa para reformar diversas dependencias del Poder Ejecutivo del Estado. Sin embargo lo hizo sin el consenso y el consentimiento de la mayoría colectivos de familiares que hay en el estado e incluso faltando a las leyes en la materia que indican que debe consultarse con las víctimas la política y las acciones para buscar a los desaparecidos.
En la iniciativa referida para crear la nueva Secretaría de Inteligencia y Búsqueda de Personas se pone el acento en la coordinación y en el uso de tecnologías para hacer más eficaces las acciones de búsqueda. La fracción primera del artículo 27 bis del dictamen establece como facultad de la nueva secretaría “coordinar las acciones de las instituciones estatales relacionadas con la inteligencia estratégica y el análisis criminal, así como establecer mecanismo de colaboración con instituciones federales, municipales y organismos internacionales en materia de atención a víctimas y búsqueda de personas desaparecidas”.
En otros apartados se habla de análisis de datos y su análisis en materia de inteligencia estratégica y criminal, impulsar la investigación y traer nuevas tecnologías para fortalecer las capacidades de inteligencia y análisis criminal en el estado. Todo ello, sin duda, puede mejorar las estrategias de búsqueda, pero en la iniciativa no se habla de mejorar la relación con las familias y colectivos organizados que buscan a sus desaparecidos.
Nadie sabe más lo que se necesita para mejorar las políticas de búsqueda que las familias. Si de verdad quiere rectificar el mal comienzo que ha tenido con las víctimas de las ausencias obligadas, Pablo Lemus tiene qué hacer mucho más que una declaración de buena fe y tiene que empezar a reunirse con cada uno de los colectivos. Y aún más, debería comprometerse durante su gobierno a mantener reuniones fijas con las familias para escuchar sus demandas y enmendar y corregir lo que a juicio de las víctimas no se está haciendo bien en esta materia.
Hace ya muchos años que las madres buscadoras han gritado una y otra vez que “sin las familias no”. Estaría bien que el gobernador electo y su gabinete memoricen esta consigna y la tengan en cuenta para realmente comprometerse a enfrentar la crisis por desaparición de personas que existe en Jalisco, la expresión más dolorosa de la crisis humanitaria que existe en el estado.