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Lemus ante los cinco magníficos

Dejamos ayer a nuestro pequeño héroe, Pablo Lemus, ante las puertas del tribunal electoral federal para defender su triunfo en Jalisco. Su mano sostiene con fuerza la de Verónica Delgadillo, también en jaque por Guadalajara.  

En ambos casos, la ratificación como próximo mandatario de Jalisco y como primera alcaldesa de Guadalajara depende de cinco magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).  

Estos cinco magníficos deben resolver a más tardar un día antes de que asuma el nuevo gobernador de Jalisco, el 6 de diciembre, y para Guadalajara, el primero de octubre. 

Cada día que pasa añade medio grado de ebullición a la temperatura del conflicto poselectoral en Jalisco. Una presión que aumentó desde que Claudia Sheinbaum declinó reunirse con Lemus hasta que se resuelva la impugnación de la contienda. 

Por más sonrientes que sean los lances afarolados de Lemus para fingir que no pasa nada, el mensaje político de la Presidenta electa tiene la fuerza incomparable del ademán que aparta un zumbido invisible.   

Hay dos planos políticos a considerar. El primero es la inclinación política de cada uno de los cinco juzgadores. 

Una revisión histórica de fallos relevantes permite identificar dos bloques. 

El primero, conformado por Mónica Soto, magistrada presidenta, Felipe de la Mata y Felipe Fuentes, tiende a favorecer más a Morena.  

Los otros dos magistrados, Janine Otárola y Reyes Rodríguez, suelen votar en contra de los intereses gobiernistas.  

Dos ejemplos. 

Con los votos de Soto, De la Mata y Fuentes, la Sala Superior revocó la sentencia contra AMLO por violar en 32 mañaneras los principios de imparcialidad en la contienda electoral. 

Los mismos tres magistrados votaron a favor de desechar la denuncia del PRD contra Sheinbaum y Morena por vulnerar los principios de equidad e imparcialidad electoral en la precampaña. 

Los otros dos magistrados, Otárola y Rodríguez, votaron en contra de la decisión del bloque tripartita. Esta tendencia en las votaciones se repite en casos de alto octanaje político. Morena ha sido favorecida por los votos de tres de cinco togados. 

Ahora, ¿qué interesa al morenismo del emecismo además de Jalisco y Guadalajara? Sus votos de cara a las reformas constitucionales, especialmente la reforma judicial, que quieren aprobar el Presidente y la Presidenta electa el próximo mes. 

Un factor de negociación política que no hay que desechar. 

Recordemos también que en la próxima legislatura, Morena quedaría a tres votos de la mayoría calificada en el Senado para cambiar la Constitución. Esos sufragios solo pueden salir de alguno de 16 senadores del PRI o de los cinco de MC.  

La anulación de la elección en Jalisco y Guadalajara luce muy improbable si uno revisa los agravios presentados en los juicios de inconformidad. Pero la fuerza de Morena, la hegemonía partidista perfecta, nunca pierde, y cuando pierde, arrebata. Al estilo Jalisco. 
 

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