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Las polémicas nuevas reglas en beisbol

Resulta por demás cuestionable la serie de reglas que han venido cambiando el juego de beisbol. Y si bien algunas modificaciones son susceptibles de justificar, otras de plano no se entiende y menos aún cuando contribuyen para desfigurar el deporte rey como lo conocemos. 

En los últimos años se han venido incorporando nuevas reglas en las Grandes Ligas. A continuación cito algunas que, se dice, son para facilitar que los juegos se agilicen.

Las formaciones especiales en el infield están prohibidas. Anteriormente los peloteros se podían acomodar en cualquier parte dentro o fuera del diamante del infield conforme lo ordenara su mánager para enfrentar a un bateador de acuerdo a sus características y al estudio previo que se hacía para enfrentarlo y tratar de atajarle sus batazos, los peloteros primigeniamente a cargo de la custodia de las bases podían formar barreras especiales e incluso los jardineros podían ocupar espacio y todos formar una especie de barrera humana casi total pretendiendo evitar que la bola saliera del cuadro. Ahora hay una regla que impide eso y tiene que haber siempre peloteros que estén en la raya de tierra y al menos un pelotero de cada lado de la segunda base.

Además, hace tiempo se impuso la regla que limita las ocasiones en que un serpentinero puede revirar a una base y es objeto de sanción si excede el número de tiros de revire.

Otra regla es la del cronómetro, ya que el lanzador sólo cuenta con 15 segundos para lanzar al iniciar el enfrentamiento con el bateador en cada ocasión que se produce el hecho, antes no existía limitante de tiempo.

Una regla polémica más, es que el pitcher que entra a relevar tiene que enfrentar cuando menos a tres bateadores cuando antes era libre. El mánager podía utilizar a cualquier lanzador para venir a tirarle a un zurdo o a un derecho y cambiarlo, incluso moviéndolo temporalmente desde el montículo a otra posición para propiciar que otro serpentinero hiciese tarea frente a uno o algunos bateadores y después regresar a la lomita, saliendo del juego el relevista o incluso sólo siendo enviados a diversa posición en tanto otro pelotero dejaba su lugar en una posición defensiva, todo ello según la conveniencia estratégica del mánager. Recuerdo una ocasión que así se dio con Sergio Romo jugando para Tampa Bay. El mánager Kevin Cash lo movió de la lomita a la tercera base para que otro pitcher viniera y le tirara a un bateador específico, para posteriormente regresar al mexicano a lanzar. Ahora ya este tipo de acciones no se pueden efectuar.

Además de esas reglas que son restrictivas y que están hechas para darle ventaja a la ofensiva sobre los lanzadores y con ello tratar de agilizar el cotejo, ahora surge una nueva que le llaman Golden At Bat, es decir, turno de oro al bat, en la cual pretenden que el mánager tenga la posibilidad de, en una ocasión, cuando lo considere oportuno, traer a un pelotero a suplir a otro en ese momento en el orden del bat, es decir, si le toca entrar en el turno al séptimo bat, octavo bat, noveno bat, pero tiene casa llena, tiene para anotar, puede traer a otro bateador de su roster a que tome el turno si es que lo considera más apropiado.

Todas estas reglas han venido a distorsionar la tradición del beisbol.

Si bien es cierto que era un mero reclamo de las televisoras y de los medios de comunicación, sobre todo, el acortar los juegos, pues para esto hay otras formas.

Existen algunas propuestas como la de recortar el número de fouls que puede un bateador conectar después del segundo strike para que sea declarado strike de ponche, por ejemplo, o que pudiera reducirse aún más el número de visitas al montículo por los coaches o el mánager.

El tema es que con esta nueva regla muy polémica, que quiere establecer el Comisionado de las Grandes Ligas, Robert Manfred, se sigue la tendencia de desfigurar al beisbol.

Todo ha cambiado, sí, pero lo que no debe, según yo, y muchos, es desfigurarse la esencia del beisbol en sí, aún sea en aras de agilizar el desahogo de los cotejos, siendo que debe buscarse en todo caso propiciar mejor calidad y mayor atractivo para la fanaticada, y que además así sea de mayor interés para que inviertan en promoción los anunciantes, algo útil para una más adecuada promoción del juego de pelota, avance, mayor auge y con ello más competitividad y aún mejor espectáculo.  

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1
 

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