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Las mujeres marcan la elección de EE.UU.

Las campañas presidenciales de Estados Unidos del 2024 estarán marcadas por dos slogans: “It’s time to finish the job -Es hora de terminar el trabajo-”, como lo dijo el presidente Joe Biden el martes cuando anunció su intención de buscar la reelección, y “Make America Great Again -Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande-”, pronunciamiento bandera de Donald Trump, quien seguramente será el candidato republicano en la contienda de noviembre del año próximo.

Y las campanas también estarán marcadas por las mujeres. Para Trump -al margen de las investigaciones legales que tiene en proceso- el caso que esta semana inició en una corte federal de Nueva York, en donde enfrenta cargos de violación y difamación en la demanda emprendida por Jean Carroll, podría empañar aún más su imagen y la preferencia en el electorado; mientras que para Biden ha empeñado su confianza nuevamente en la vicepresidenta Kamala Haris para que lo acompañe en la boleta electoral y aspirar continuar cuatro años más en la Casa Blanca, y para liderar su nueva campaña presidencial, ha escogido a Julie Chávez Rodríguez, nieta del activista y defensor de los trabajadores agrícolas César Chávez.

Con Kamala su paso por Washington ha sido una ‘montaña rusa’. A principios de la administración se le entregó la responsabilidad de gestionar la crisis de los migrantes en la frontera con México y posteriormente se le asignó liderar los esfuerzos para proteger los derechos del voto, viéndose como un alfil en el ajedrez político del presidente Biden. Sin embargo -como lo expresamos en este espacio el 6 de junio del 2021, ‘Buscan que a Kamala se le haga bolas el engrudo’, su titubeante proceder provoca confusión y severas críticas de todos los frentes en Washington. El 9 de septiembre del mismo año, aquí escribimos, ‘Kamala Harris en caída libre’, argumentando que “la falta de acciones públicas inmediatas para abocarse a la tarea encomendada, pusieron a Kamala Harris en una posición donde la percepción de un gran sector nortemaericano es de falta de visión, de experiencia y de iniciativa”. Y el 6 de diciembre, establecimos que “Kamala empieza a quedarse sola”, por la disfunción que hay en torno a las responsabilidades y actividades de la vicepresidenta.

A pesar de las circunstancias y de su opaco pasaje por la segunda posición de poder en Washington, Biden se apoya nuevamente en su carisma con la comunidad de color, que fue parte vital para su llegada a oficina Oval en la pasada elección.

Y respecto a Julie Chávez Rodriguez, no es casual su nombramiento -que además le ayudará a estar más de cerca con la comunidad hispana-, ya que Biden siempre ha tenido una admiración muy grande por su abuelo -César Chávez-. Desde su llegada a la Casa Blanca el mandatario lo ha tenido a su lado simbólicamente, en un busto de bronce que se encuentra en la mesa atrás de su escritorio, rodeado por fotografías de la familia del presidente. La nieta de Chávez, quien estaba encargada de asuntos intergubernamentales de la administración, a partir de esta semana tiene bajo su responsabilidad de llevar el rumbo de la campana que permita extender por cuatro años más la permanencia de Biden en la oficina Oval.

Así que además de los huecos slogans, las mujeres -directa o indirectamente- tendrán un peso en la próxima elección donde se determinará quien despachará desde Washington a partir de enero del 2025. ¿Usted, qué opina?

daniel.rodriguez@dbhub.net

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