Las lecciones de la derrota de Xóchitl
Lo sucedido durante la jornada electoral del pasado domingo; la estrepitosa derrota sufrida por Xóchitl Gálvez, candidata de Fuerza y Corazón por México de la coalición PRI, PAN, PRD, debe asumirse como un golpe de realidad propinado por la sociedad mexicana que así se expresó en las urnas. Los partidos políticos tradicionales han resultado los grandes perdedores, pero no por ello deja de ser doloroso el descalabro.
El listado de decepciones es extenso. Ha transcurrido casi una semana y todavía quedan muchas preguntas sin respuesta y también bastante enojo entre los ciudadanos que esperábamos un resultado positivo o al menos no con una diferencia tan significativa entre la candidata oficialista y la de oposición.
Y no puedo omitir hablar de las incongruencias en que incurrió Xóchitl Gálvez durante la jornada electoral del domingo 2 de junio. Su actitud errática, que algunos han querido justificar con diversas versiones en el sentido de que habría sido amenazada, no termina de cuadrar.
Lo que sí creo es que Xóchitl nos debe una explicación a los millones de simpatizantes que le otorgamos nuestro voto.
Ojalá se atreva a decirnos qué pasó en esos minutos previos a la desafortunada declaración donde se autoderrota a priori, en momentos en que ni siquiera el Instituto Nacional Electoral (INE) había cumplido con dar a conocer encuestas de salida autorizadas y solamente se había referido tardíamente a un conteo rápido ‘realizado por científicos’ que nadie sabe quiénes son y sin más sustento ella admitió haber perdido siendo que minutos antes había escrito mensajes alentadores en su cuenta de X (antes Twitter) tales como: ‘no te duermas’, ‘mantente atento’, ‘los votos están ahí, que no te los escondan, vamos por ellos’”.
Tampoco puedo dejar de recordar que fue la organización civil que me honro en presidir, «Confío en México», la que la impulsó y destapó como candidata a la presidencia cuando ella todavía aseguraba que iría por la Jefatura de la Ciudad de México. Aquel sábado 24 de junio de 2023, previo a la conferencia que dictaría para los miembros de Confío en México, - en la Cámara de Comercio de Guadalajara y Zapopan (CANACO)-, Xóchitl Gálvez, no tenía en su concepción la intención de postularse a la presidencia, pero una vez concluido el evento en el que un salón repleto de jaliscienses, hombres y mujeres de todas las edades, la ovacionaron y la despidieron con la arenga de “presidenta”, “presidenta”, la senadora hidalguense pudo observar ampliamente el panorama y más tarde tomar la decisión de postularse ‘a la grande’.
Y en Jalisco, la sociedad civil le brindó el respaldo en la pre-campaña en un acto también convocado por Confío en México el 26 de noviembre, que logró concitar a más de 60 organizaciones de la sociedad civil; casi 6 mil personas en el lienzo charro Zermeño.
Otra gran muestra de apoyo que los jaliscienses brindaron a la candidata de oposición fue durante la manifestación nacional del 19 de mayo, en la que se reunieron más de 50 mil personas en la Plaza de la Liberación, en el corazón del centro de Guadalajara, convocada exclusivamente por las organizaciones ciudadanas más activas entre las que destacan Confío en México; Sí por México; Consejo Cívico Ciudadano; Sociedad Civil México; Poder Cívico Ciudadano; Foro Plural Jalisco y Frente Cívico Nacional, entre otras.
Tengo todavía la mejor opinión de Xóchitl como persona, como funcionaria y como política; se puede entender que se decepcionó cuando recibió el golpe de realidad después de que salieron los primeros números; debió ser un shock impresionante y demoledor, pero al igual que ella el descontón lo recibimos los millones de mexicanos que la impulsamos, la apoyamos y teníamos nuestras esperanzas puestas en ella.
Pero evidentemente no pensó en nada ni en nadie más y salió prematuramente a reconocer su derrota y el triunfo de Claudia Sheinbaum, partiéndole el corazón a quienes se negaban a aceptar lo que los medios de comunicación mostraban, mientras esperaban sin éxito ver a una Xóchitl más combativa, más arrojada, y más decidida a pelear, y lo que observaron fue a una Xóchitl llorosa, con una mueca de sonrisa en el rostro y totalmente derrotada.
¿Qué pasó? Es la pregunta que nos seguimos haciendo, sin embargo, ella ya parece haberle dado vuelta a la página y más allá de que al día siguiente salió -seguramente presionada por las circunstancias y por constatar el enojo y decepción que causó-, a declarar que impugnaría el resultado, lo cierto es que se refugió en su curul del Senado desde donde ha prometido presentar diversas iniciativas referentes al tema electoral, y el prometido proceso para llevar a tribunales es solo una simulación para tranquilizar a sus simpatizantes. Ahora que si realmente está decidida a pelear, ojalá lo haga con interés y con pasión, en atención a los miles de jaliscienses y mexicanos, millones, que le dimos nuestro voto, y más que pelear por recuperar los sufragios, lo haga al menos con fuerza por evitar el atraco que pretenden de darle más senadores a Morena y sus aliados, de manera que se logre evitar que tengan mayoría calificada en la Cámara.
En otro orden de ideas, hay que decir con todas sus letras que los partidos políticos nacionales que impulsaron la candidatura de Xóchitl Gálvez le fallaron al no cuidar los votos en la elección.
La gente salió a votar por ella en todo el país, pero la falla fundamental es la estructura de los partidos PAN, PRI, PRD. ¿Cómo es posible que una vez concluida la jornada electoral hayan salido a solicitar las actas y fotografías de las sábanas de votación, entonces quién vigiló las casillas?, ¿cómo se organizaron? ¿qué hicieron sus respectivas estructuras?
Pero los errores estaban desde antes, y de hecho ya lo habíamos advertido; es decir, los dirigentes nacionales y estatales de los partidos estuvieron más preocupados en asegurar sus curules, en colocar a sus cuates, novias, novios, amigos, compañeros, cómplices, en las posiciones privilegiadas para administrar la derrota dejando a un lado a sus militancias.
Es innegable que un alto porcentaje de mexicanos rechazaron dar sus votos a gente que tienen ubicada con una pésima reputación. Quiero decir, los dirigentes del PRI y PAN que con total descaro se colocaron al frente de las listas de plurinominales.
Sin duda, es momento de reflexionar el futuro de esos partidos, y de entrada, estoy convencido de que por dignidad, y mostrando aunque sea un poquito de decoro, los señores dirigentes nacionales de los tres partidos de la alianza Fuerza y Corazón por México deben renunciar -aunque en el caso de Jesús Zambrano habrá que reconocerle un mejor prestigio en relación a Alejandro Moreno, y Marko Cortés-, y dejar que esos partidos quizás se salven oxigenándose, escuchando a sus militancias.
Muchas lecciones, ojalá hayamos aprendido algo.
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