Ideas

Las lecciones de Tlaquepaque

Como se veía venir, en la última instancia, en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), tumbaron la convocatoria “solo para mujeres” que, a manera de venganza por la también injusta anulación de la elección en Tlaquepaque que había ganado la emecista Citlalli Amaya, emitió la impresentable Legislatura 62 de mayoría naranja que por fortuna concluyó su historia el domingo pasado.

Pero este accidentado proceso que se vivió del 1 de octubre que se invalidó la elección en el municipio alfarero hasta el 1 de noviembre que el TEPJF devolvió la oportunidad al candidato morenista Alberto Maldonado de registrarse como candidato para la elección extraordinaria del domingo 21 de noviembre dejó en evidencia muchas imperfecciones de nuestro sistema electoral y rasgos autoritarios y antidemocráticos tanto del lado emecista como morenista.

Lo primero y más grave es que el caso Tlaquepaque confirmó que los Tribunales electorales de poco sirven para garantizar en México el respeto a la voluntad popular expresada en votos y se mueven más por presiones del poder político en turno en cada una de sus jurisdicciones. Fue claro como en el TEPJF forzaron las supuestas afectaciones de las desafortunadas declaraciones del cardenal emérito Juan Sandoval Íñiguez para quitarle el triunfo a la emecista, luego de los fuertes cabildeos de los morenistas de la 4T para influir en los magistrados electorales, al igual que se hizo para tumbar la convocatoria “feminista” de los naranjas y sus incondicionales panistas de la pasada Legislatura. Pero también habrá que decir que la influencia y presión de los emecistas del gobierno alfarista fue determinante para que el Tribunal electoral local y regional defendieran hasta el final la ilegal ocurrencia del Congreso de no permitir la participación de hombres en la nueva elección, en claro ataque para Maldonado.

Lo sucedido en la elección de Tlaquepaque debe alertar también a las autoridades y tribunales electorales para que declaraciones de ministros de culto en veda electoral, no se vengan en cascada en los próximos procesos electorales ahora que vieron que se puede afectar a un candidato que no sea de su agrado, hasta anularle su triunfo. 

Y por último, el caso Tlaquepaque nos debe dejar como enseñanza no volver a utilizar más la causa feminista como parapeto de simples disputas políticas como se exhibieron las y los diputados emecistas y panistas al plantear una convocatoria “rosa” de sólo para mujeres, cuando en su momento nunca legislaron para garantizar una autentica paridad de género en la participación política. En esta simulación cayó también el candidato morenista al registrar como suplente a su hermana, acción que recordó los bochornosos casos de las “juanitas” con los que también se burlaba la equidad de oportunidades políticas entre hombres y mujeres. 

Son las lecciones de Tlaquepaque donde hoy arrancan otra vez campañas.

jbarrera4r@gmail.com

Síguenos en

Temas

Sigue navegando