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Las condiciones de Ebrard y Monreal

En la conversación que sostuvimos con el senador Ricardo Monreal, en La Silla Roja de El Financiero Bloomberg TV, Monreal fue preciso al señalar que en caso de que el método para elegir al candidato presidencial de Morena fuera a través de encuestas organizadas por Morena, él no aceptará participar.

Monreal siempre cuestionó la encuesta que eligió a Claudia Sheinbaum como candidata a la Jefatura de Gobierno en el 2017. Pero aceptó el resultado pues dijo que eran las reglas del juego y él las había asumido.

Ahora, está claro que si se hace una encuesta como las que acostumbra hacer Morena, no va a participar en la contienda.

Lo pensaría si se hacen encuestas espejo realizadas por encuestadoras independientes y no contratadas por Morena. Y no dudaría en participar si hubiera elecciones primarias.

Este fin de semana, Marcelo Ebrard también reiteró algunas de las condiciones de las que ha estado hablando en los últimos días.

Respecto a la encuesta, coincide con Monreal en que sea realizada de manera independiente, además de que sea verificable y sugirió incluso que se haga mediante una urna simulada con una sola pregunta.

Pero Ebrard también agregó dos condiciones más: la realización de debates entre los aspirantes en el primer semestre de este año, así como el planteamiento de que se fije una fecha para que los interesados dejen sus cargos.

Claudia Sheinbaum ha aceptado el tema de los debates, pero rechazó el que se establezca una fecha para dejar sus cargos.

A diferencia de Monreal, Ebrard no condicionó su participación en el proceso al cumplimiento de las condiciones que puso.

Pero, si se operara como se ha hecho hasta ahora, no sería imposible que en pocos meses señalara también que no hay condiciones para competir equitativamente.

Como le he comentado en este espacio en numerosas ocasiones, la ventaja de haber arrancado antes la carrera por parte de los aspirantes de Morena puede convertirse en desventaja si un proceso prolongado genera desgaste y conflictos.

La percepción de que Sheinbaum es la favorita de AMLO ya ha provocado una “cargada” de funcionarios a favor de la Jefa de Gobierno.

La reforma electoral que esta semana se discutirá en el Senado incluye dos cambios que pueden favorecer claramente a Sheinbaum.

El primero es el debilitamiento de la capacidad sancionadora del INE. El que haya más laxitud en los procesos va a favorecer a quienes tengan mayor acceso a recursos públicos.

El segundo es la eliminación de restricciones a la emisión de informes de Gobierno, así como la nueva definición de propaganda gubernamental como sólo aquella que se paga, lo que permite a los funcionarios amplio margen de maniobra para intervenir en el proceso electoral.

Aunque en términos generales, los puntos clave de la reforma aprobada en la Cámara de Diputados favorecen a Morena, en particular, si se aprobaran, sería Claudia Sheinbaum quien podría sacar más ventaja de ellos debido a que es quien maneja más recursos públicos y al efecto de la “cargada” que puede darle amplio respaldo de gobernadores y diversos funcionarios.

Previamente le señalamos el riesgo que tiene el país con una reforma electoral que va a rechazar la oposición.

Pero, quizás incluso al interior de Morena, si se procesan los cambios en los términos propuestos, será más factible que haya dados cargados en la contienda para seleccionar a su candidato o candidata.

Es decir, la crisis podría comenzar con fracturas en Morena.

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Enrique Quintana

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