Las Villas, ¿madruguete al Lemusismo?
Hace justo una semana que se intensificó la promoción comercial de las Villas Panamericanas se encendieron los focos rojos en el despacho de la alcaldesa interina de Zapopan, Graciela de Obaldía, pero también donde Pablo Lemus se tomaba unos días libres luego de ganar la alcaldía tapatía, y en las oficinas de campaña donde Juan José Frangie planeaba la gira del agradecimiento luego de también triunfar en la elección por la alcaldía de la ex Villa Maicera.
A todos tomó por sorpresa la reactivación abierta de la venta de las Villas que había iniciado sigilosamente desde el año pasado.
Y es que pese a la contundente postura que siempre manifestó Lemus como alcalde, y Frangie en campaña, de que el Ayuntamiento de Zapopan nunca daría el dictamen de habitabilidad de las Villas Panamericanas por violar la densidad de población y los usos de suelo permitidos en la zona conocida como El Bajío, la empresa Green Life Capital, que compró a los constructores del Grupo Corey pese a los litigios por haber construido con dinero público y de los pensionados, relanzó la promoción de esos departamentos incluso fijando precios desde los 2.8 millones de pesos.
Más aún porque todavía a fines del año pasado, Lemus, aún alcalde con licencia de Zapopan y ahora también alcalde electo de Guadalajara, advertía a los posibles compradores que perderían su dinero, ya que al no tener los permisos de habitabilidad que sólo puede otorgar el Ayuntamiento zapopano, los departamentos no podrían escriturarse.
Sin duda el tema de las Villas Panamericanas fue el que más diferencias provocó entre el gobernador Enrique Alfaro y el entonces alcalde re-electo de Zapopan, Pablo Lemus, cuando en agosto del 2019 el mandatario estatal presentó el decreto que convertía al Bajío en Zona de Recuperación Ambiental, y que avalaba que el Ipejal recuperara la inversión permitiendo la venta de los departamentos de las Villas. En aquel momento Lemus aseguró que aunque celebraba ese decreto, él no daría licencia para que esa edificación que se construyó en un terreno indebido para albergar a los atletas en los Juegos Panamericanos del 2011, tuviera vocación de vivienda, y menos de alta densidad, porque se violarían los reglamentos municipales y pondría en riesgo esa zona clave para la recarga de los mantos freáticos y el cuidado del Bosque La Primavera.
Hasta ahora ni la alcaldesa interina, ni Lemus ni Frangie, que volverán a asumir sus puestos en Zapopan, uno como alcalde y el otro como jefe de gabinete, se han pronunciado por la venta abierta del complejo panamericano.
La pregunta es si lo tomarán o no como un madruguete del gobierno estatal y si el episodio pone fin al ambiente festivo que reinaba entre los alfaristas por la segunda ola naranja que arrasó el pasado 6 de junio y que muchos atribuyen a la buena campaña que hizo Lemus y que supo capitalizar el voto urbano antiamlo.
Sea como sea, lo cierto es que el asunto de las Villas Panamericanas pondrá a prueba al alcalde saliente y entrante de Zapopan, y la nueva relación del lemusismo con el alfarismo.
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