Las Chivas flacas, el reverso de la historia del Guadalajara
La primera vez que el término “Chivas flacas” aparece en EL INFORMADOR es en 1987, poco antes de que Chivas obtenga su noveno título de Liga, como si el nombre que identifica los años de penurias rojiblancas fuera un tabú que sólo podía romperse para anunciar que la hambruna estaba por terminar.
Como ocurre con otros términos asociados con el Guadalajara, las “Chivas flacas” tienen una connotación mística. En el Génesis, el Faraón le pide a José, hijo de Jacob, que interprete un sueño en el que ha visto siete vacas gordas y siete vacas flacas, y José le explica que esa imagen es un símbolo de siete años de abundancia para Egipto, que serán seguidos por siete años de escasez.
Los seguidores de Chivas se han acostumbrado a ciclos parecidos. Desde 1987 cada título del Guadalajara llega precedido de una larga espera y es seguido por un periodo de altibajos en los que el equipo llega incluso a internarse en las arenas movedizas del descenso.
Si el Campeonísimo es la vitrina brillante de la identidad del Guadalajara, las Chivas flacas son el desván oscuro, lleno de nombres y momentos que los aficionados prefieren ignorar piadosamente, aunque vayan amontonándose.
Escribiendo sobre las Chivas flacas de los años setenta, Héctor Huerta observaba en 1987 en este diario: “trajeron jugadores sin ton ni son, baratos, malos, que no cumplieron su cita histórica. En ese ingrato periodo hasta los muy fieles llegaron a lamentarse con una frase que encierra todo un sentimiento: ‘Ahora la camiseta se la pone cualquiera’”.
El mismo patrón se iba a repetir periódicamente en las tres décadas siguientes: al final de la era de la Asociación Civil, al final de la era de la Promotora de Salvador Martínez Garza y en momentos de la actual administración encabezada por Jorge Vergara.
Las Chivas flacas se están volviendo una imagen familiar para los seguidores del Guadalajara. Un aficionado rojiblanco nacido en 1990 ha vivido tantas alegrías (tres campeonatos) como preocupaciones a causa de su equipo.
Algunos nombres en el plantel actual de Chivas evitan que se hable abiertamente de una época de Chivas flacas, pero los resultados son raquíticos, y la afición comienza a interpretar las últimas salidas de jugadores como un desmantelamiento del plantel que puede ser el inicio de otra hambruna.
¿Cuánto durará el rédito histórico del Campeonísimo? ¿Habrá un momento en que los momentos de Chivas flacas serán más que los instantes gloriosos? Son preguntas que vale la pena hacerse y tomar en serio.
Sea como sea, hay algo que todos los interesados en Chivas no deben olvidar: en el sueño del faraón del Génesis las vacas flacas terminaban por devorar a las vacas gordas.