La vida te da lo que necesitas, no lo que quieres
Es muy común querer lo que se nos antoja y hasta cumplir nuestros sueños e ilusiones. Sin embargo lo que verdaderamente importa, es tener lo que nos hace crecer y ser más felices. Y eso, muchas veces ni nosotros mismos lo sabemos.
Hay una gran diferencia entre necesitar y querer. El primero es algo indispensable, para satisfacer exactamente una necesidad, pero como lo son el hambre, la sed, la protección y el cuidado de la salud. Aunque muchas veces no lo queramos, la amarga medicina es lo que nos cura, porque eso es lo que necesitamos. Te la tienes que tomar, a pesar de su desagradable sabor, es lo que necesitas.
Así en la vida, muchos necesitamos tener cierta experiencia amarga, compleja, difícil y hasta dramática. Pero son obstáculos que tenemos que superar y así aprender muchas lecciones que nos hacen falta, para ser mejores personas.
Es decir, que no hay que quejarnos ni reclamar que nos sucedan ciertas cosas desagradables, porque en realidad, nos han de pasar para aprender y crecer.
Cuándo entendemos que la vida misma es muy sabia, entonces somos más sensibles para detectar sus mensajes y hacerles caso a tiempo.
Las cosas que nos tocan aprender, nos van sucediendo, para que aprendamos a tiempo de ellas. Como son las enfermedades, los accidentes, las quiebras financieras o hasta tener un hijo con una enfermedad especial. Y por qué no, también las experiencias afortunadas y muy positivas, que también nos enseñan, muchas cosas para saberlas sobrellevar, sin petulancia o engreimiento.
Así que, cuando te suceda algo inusual, mejor pregúntate qué ¿Qué me toca aprender ahora? Y así, en vez de reaccionar negativamente y con actitudes fatalistas, llenas de ira y tristeza. Mejor aprende rápido, de ellas.
Porque de no ser así, se va a repetir, una y otra vez, hasta que tomes consciencia y dejes de reprobar.
La meta es lograr crecer y ser más feliz sacando buenas notas de las lecciones que la vida nos va poniendo. Por eso, hay que reconocer la enorme sabiduría que hay en recibir bien lo que necesitas, en vez de lo que quieres.
Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes.