La venganza de Chema Martínez
El acuerdo en lo privado que se hizo público dio al traste con todo. La mayoría de los diputados de Jalisco ya había abordado el tema de un eventual aumento a sus salarios bajo el argumento del incremento inflacionario y el hecho de que sus ingresos han sido los mismos desde hace una década. Los pobres ganan 109 mil pesos mensuales desde 2012.
Todos lo acordaron. Salvo dos legisladoras, todos estuvieron de acuerdo en ponerlo sobre la mesa, pues hay recursos de una partida que servirían para dicho fin. Sin embargo, el tema se filtró. Se hizo de conocimiento público y la gente tronó con fuerza en contra de los legisladores.
Independientemente de que nunca habrá una coyuntura adecuada para discutir un tema así sin recibir daño político, el clima de violencia e inseguridad, aunado al pobre desempeño que ha mostrado esta Legislatura, hacían todavía más cínico que incluso se sugiriera.
Acorralado por los periodistas Mario Muñoz y Jorge Octavio Navarro en el programa Forma y Fondo, de Radiometrópoli, el coordinador de la bancada de MC, Quirino Velázquez, terminó por delatar públicamente al coordinador de Morena, José María “Chema” Martínez y a la coordinadora del PAN, Claudia Murguía, como quienes habían puesto en agenda el aumento salarial.
“Lo han dicho abiertamente”, reconoció.
Eso cambió todo. Que lo pusieran en evidencia hizo que el coordinador de Morena externara públicamente su molestia al respecto. “Los cachan y se rajan”, dijo evidentemente molesto, pues ya habían logrado consenso en lo privado y su principal aliado en el Poder Legislativo se echó para atrás frente a grabadoras.
Luego, “Chema” lamentó que hay una “forma y conceptos en la política (que) no pueden denigrarse”.
Y, una semana después, se la cobró…
En la discusión de este miércoles sobre la iniciativa para que hubiera una mayor oportunidad de recibir un trasplante de órganos, al convertir en potencial donador a todo aquel que no diga lo contrario en vida, Morena votó en contra de sacar la iniciativa del orden del día (así le dicen los diputados a su lista de tareas por jornada) para que se votara.
Esto, para trasladarlo al español, significa que dejaron solos a MC, al PRI y al Verde Ecologista para que ellos se llevaran el descrédito público por meter a la congeladora por tercera ocasión en dos años esa iniciativa. ¿Lo peor? Los pusieron en evidencia cuando había niños que esperan un trasplante observando la sesión.
Una relación que había funcionado en el Congreso, se resquebrajó. MC y Morena fueron juntos en los dictámenes donde se aprobó el modelo de financiamiento público-privado en la Línea 4 del Tren Ligero y la presa de tratamiento de El Ahogado; en las reestructuras de deudas y, para pronto, en todos los temas que le importan al gobernador.
Porque aquí, en Jalisco, así es como se legisla: Los partidos grandes regularmente votan en común acuerdo para imponer su agenda, la agenda que sí les interesa. Y la realidad es que no está en planes de “Chema” Martínez darle secuencia a la iniciativa de un partido de menor representación, como es Hagamos. La meta era asestar un golpe a MC, y lo logró.
Pero eso no es todo. El mismo coordinador morenista, quien semanas atrás estaba completamente de acuerdo en crecer su sueldo, fue quien presentó ante el pleno la propuesta para que, al menos en lo que resta de la Legislatura, los diputados no se aumentaran un solo peso y continúen con la “módica” cantidad de 109 mil pesos por mes. Una propuesta que, aunque se trata de una farsa, ningún diputado iba a tener el valor de votar en contra.
Podrá decirse lo que sea del ex panista y hoy cuatrotransformado “Chema” Martínez, pero el colmillo político que le ha permitido imponer a su gente en el Poder Judicial, que lo ha llevado a percibir una “pensión dorada” de 108 mil pesos por mes antes de cumplir los 50 años de edad, y que lo hizo brincar de un agonizante PAN a las filas del partido en el poder, no puede ponerse a discusión.
Así que ahora hay que encender alerta con “Chema”, perfil que puede causar serios problemas a un MC que pasa por un momento retóricamente triste en el Congreso bajo el ¿cobijo? del no tan bienintencionado Quirino Velázquez.