La última copa del año
El jueves en Monterrey terminará la actividad de 2017 del futbol mexicano. En la Sultana del Norte se disputará la Final de la Copa MX entre el Monterrey y el Pachuca. Para los contendientes el partido estará enmarcado en un entorno distinto al que privaba en ambos en la fecha en la que originalmente habría de jugarse.
Ahora las cosas son distintas para el cotejo del jueves, el Pachuca estará recién desempacado de los Emiratos Árabes con los contratiempos de un largo viaje, diferencia horaria, y el desgaste propio de la seguidilla de partidos que disputó, pero seguramente con un mejor estado anímico al que tenía cuando partió rumbo a Abu Dhabi, debido a su actuación en el Mundial de Clubes.
En contraste y sin lugar a dudas para el Monterrey, la situación es radicalmente diferente después del descomunal mazazo que recibieron al perder la Final contra los Tigres en el Clásico Regio, sumándole al devastador panorama en tener que esperar 10 largos días a partir de la derrota hasta el día de la Final de Copa. De lo que sería la posibilidad del “doblete” ahora, para el Monterrey, la Copa es premio de consolación, en el mejor de los casos.
La presión es fuerte para los Rayados y particularmente para Mohamed, ya que en caso de perder ante el Pachuca sería quedarse como el “perro de las dos tortas” y sucumbir en una tercera Final, jugándose en su flamante nuevo estadio, podría ser algo que la afición no le perdone al entrenador argentino, pudiendo incluso ser el hasta aquí de su gestión al frente del equipo regiomontano.
Si el Pachuca se llegara a coronar, los Tuzos bien podrían presumir que tienen el antídoto para el tan ponderado poderío de los equipos regios, ya que vencieron en la final de la Concachampions a los Tigres, al propio Monterrey en la Final del Clausura 2016.
Ocurrió hace un año con la “Final Navideña” y otra vez a la Liga MX se le vuelve a hacer “bolas el engrudo” con el tema del calendario, gracias, en buena medida, al empecinamiento generado por su desmedida ambición económica de no modificar en lo más mínimo el calendario de competencias que le permita un mínimo respiro a una asfixiada agenda. Cierto es que, en esta ocasión lo que modificó la programación de los partidos de Copa fue una verdadera causa de fuerza mayor, como lo fueron los sismos del 19 de septiembre.
Pero para finales del año próximo seguramente nada cambiará, habrá plegarias para que el equipo que vaya al Mundial de Clubes no califique a la Liguilla y la Copa, aunque sea con calzador, la van a meter.
Una sugerencia, a la FMF lo que más le importa es lo económico, porque no se ayuda a aligerar su calendario reduciendo equipos con base a su propio rasero, si en cada Draft hay al menos un equipo con deudas, que no lo certifique para jugar en Primera División como lo hace con los equipos de la Liga de Ascenso.
¿Será posible que en la Liga MX consideren siquiera la posibilidad de estudiar algún tipo de modificación al sistema de competencia?