La teoría de la simulación
Rizwan Virk es un diseñador de videojuegos, graduado de la carrera de Ciencias de la Computación de Massachusetts Institute of Technology (MIT). En el 2019 publicó un libro titulado “The Simulation Hypothesis”, dentro del cual discute una de las teorías modernas más interesantes: ¿Cuáles son las probabilidades de que nuestro entorno no sea “real”? Para desarrollar una teoría sobre esta pregunta perenne, Virk alude a argumentos de inteligencia artificial y física cuántica. Pasemos a desglosar de manera genérica esta provocadora teoría de la simulación.
Cualquier persona que haya visto la trilogía de “The Matrix” podrá recordar que el mundo del que parte Neo, el personaje principal, fue desarrollado por máquinas de inteligencia artificial. Virk, junto con otras grandes mentes modernas tales como Elon Musk, afirman que el concepto de Matrix no está alejado de la realidad. Esto significa que efectivamente, es sumamente probable que el mundo que conocemos sea una simulación desarrollada por una especie desconocida con mayor tecnología que nosotros.
Si nos detenemos a pensarlo un momento, tiene mucho sentido lo que postulan estos genios. El lanzamiento oficial de Pac Man, por ejemplo, ocurrió en 1980. A más de cuarenta años de su estreno, los avances tecnológicos en materia de videojuegos son innegables. Hoy, millones de personas pueden convivir por medio de juegos en línea y se han desarrollado juegos tales como “My Sims” el cual simula una comunidad virtual. Esto nos permite concluir que si en cuarenta años pasamos de desarrollar juegos tan sencillos a unos altamente desarrollados, nada impide que nuestra existencia sea el producto de una especie más desarrollada que nos haya creado por medio de la inteligencia artificial.
Hace tiempo leí una frase sobre el punto medio incómodo en el que actualmente se encuentra la humanidad. Llegamos muy tarde a la vida para descubrir el mundo y muy temprano para descubrir el resto del universo. Entre los argumentos interesantes de la teoría de la simulación, podemos encontrar que por medio de la tecnología que tenemos y la que vamos a desarrollar podemos generar una infinidad de mundos. Esto significa que si bien llegamos muy temprano para descubrir la galaxia, es muy factible que podamos experimentar la complejidad de los mundos virtuales que pronto desarrollaremos. Resulta paradójico que podamos desarrollar simulaciones y a su vez que probablemente estemos en una.
Las anteriores ideas alimentan nuestra hambre por saber más de la “realidad” en la que vivimos y nos recuerdan que al día de hoy, no sabemos absolutamente nada de nuestro funcionamiento. Si efectivamente, estamos viviendo dentro de una simulación o no, es algo que probablemente nunca sabremos, pero como bien dijo Elon Musk, las probabilidades de que nuestra realidad sea la “realidad base” es una entre billones.