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La salud mental y el futbol en tiempos de coronavirus

La súbita suspensión de la mayoría de las Ligas profesionales del balompié mundial ha llevado a los futbolistas, cuya actividad se desarrolla en espacios abiertos, a confinarse en sus casas. Y aunque muchos de ellos tienen aparatos de ejercicio en sus casas, siguen estrictas dietas recomendadas por sus clubes, o viven en grandes propiedades con grandes extensiones de terreno para mantenerse en forma física, la realidad es que la vuelta a los campos de juego será muy complicada y conllevará tiempo de adaptación.

Además, hay un tema que no se está discutiendo ampliamente y que no sólo es representativo de los deportistas, sino de la gran mayoría de las profesiones del mundo, ¿cómo sobrellevan o enfrentan mentalmente el transcurso de la pandemia? Los temores a una recesión económica global en puerta, el recorte de los ingresos, el miedo a perder sus fuentes de empleo (como ya sucedió con los jugadores de la Liga de Ascenso), y la incertidumbre sobre cuándo vuelven a una cancha de futbol, conllevan a problemas de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales que apenas han sido estudiados.

Una de estas pocas aproximaciones al fenómeno lo acaba de presentar la Asociación Australiana de Futbolistas Profesionales (PFA, por sus siglas en inglés) en colaboración con el director médico de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), Vincent Gouttebarge. El estudio, titulado “Síntomas de salud mental en el futbol profesional durante la crisis mundial del coronavirus”, se fundamenta en entrevistas a más de 150 futbolistas profesionales del país de Oceanía.

Entre los resultados más relevantes (y preocupantes), 77% de los jugadores hombres y mujeres están preocupados por su futuro como futbolistas profesionales, seis de cada 10 revelaron tener síntomas de ansiedad, y 45% aseguran sentir depresión. En comparativa, durante una competencia deportiva que transcurre con normalidad, los índices de ansiedad detectados en Australia no superan 8%, por lo que “estas tendencias alarmantes deberían ser una llamada de atención”, sugirió John Didulica, presidente ejecutivo de la PFA australiana.

Sin dudas, México no escapa a esta situación de deterioro mental, aunque no se hayan hecho mediciones oficiales todavía. La investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Erika Villavicencio Ayub, considera que el aislamiento podría estar provocando en las personas, especialmente los deportistas que tenían rutinas muy establecidas, un padecimiento similar al síndrome de abstinencia (el que sufren los adictos cuando dejan las adicciones). “Hay un desequilibrio y eso produce ansiedad que puede desencadenar depresión y otros trastornos que llevarán a otras consecuencias”, señaló en una entrevista para un medio nacional.

La FIFA todavía no tiene claro cuándo podrá reanudarse la actividad deportiva, pero advirtió que no será muy pronto y ya alertó a sus 211 asociaciones que hacerlo de manera prematura sería una irresponsabilidad. “Nuestra primera prioridad, nuestro principio, el que usaremos para nuestras competiciones y alentaremos a todos a seguir, es que la salud es lo primero. No vale la pena arriesgar una sola vida humana”, señaló Gianni Infantino, su presidente. Sin embargo, el máximo organismo del futbol no ha hablado todavía de respaldo psicológico a sus agremiados, especialmente de aquellos que juegan en Divisiones inferiores. Ojalá y se piense en medidas de salud mental más estructuradas, no sólo en el futbol, sino en todas las profesiones y oficios, para superar esta situación inédita en la historia más reciente del mundo.
 

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