La ruta de la reconciliación entre naranjas y leones
Fueron casi justo 11 meses de acomodos. El tiempo empezó a correr el día mismo que Raúl Padilla López, en lo más álgido del conflicto entre el grupo político que domina la Universidad de Guadalajara desde hace más de treinta años, y el Gobierno estatal que encabeza Enrique Alfaro, decidió terminar con sus días el primer fin de semana de abril del año pasado, justo cuando iniciaban las vacaciones de Semana Santa y Pascua de la comunidad universitaria.
El mismo domingo dos de abril del 2023 que trascendió la noticia de la muerte del que fuera uno de los hombres más controvertidos del Estado y del país por sus intensos claroscuros, se dio el primer encuentro entre el rector general Ricardo Villanueva y el gobernador para abrir casi en automático una primera tregua y dar pie a los funerales con la total ausencia del grupo en el poder político en Jalisco.
Antes, y en al menos un par de ocasiones, Alfaro y Villanueva se habían reunido en busca de poner fin al conflicto, pero los diálogos terminaban ríspidos y en medio de hostiles mensajes del gobernador a su ex aliado político el “Licenciado”.
Era en la etapa de los dos años de agravios que se dieron entre padillistas y alfaristas, luego del fin de su alianza electoral que habían refrendado en el 2018 que Alfaro llegó a la gubernatura, y que los emecistas no quisieron continuar en 2021. Eso dio pie a que el Grupo UdeG impulsara la creación del partido estatal Hagamos, lo que disparó la discordia entre ambas partes. Vino la guerra y el primero en abrir fuego fue el Gobierno estatal con la quita de los 140 millones de pesos que ya habían sido asignados para el Museo de Ciencias Ambientales.
Ya sin la presencia física de Raúl Padilla, vino una segunda reunión con la intermediación del entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López, cuyo equipo dio seguimiento a los compromisos de naranjas y leones negros.
Vinieron luego meses de una compleja operación de intercambio de condiciones. De medición de fuerzas.
Con el anuncio de Alfaro de su jubilación de la vida político-electoral tras no alcanzar la candidatura presidencial de MC, y con la negativa permanente de Villanueva para aceptar la candidatura de Morena para la alcaldía de Guadalajara, las negociaciones fluyeron, y vino la generosa y sorpresiva iniciativa del Gobierno estatal para otorgar un presupuesto constitucional a la UdeG, de la que el padre del hoy gobernador fue rector de 1983 a 1989.
El retiro de la controversia constitucional que mantenía la UdeG contra el Gobierno estatal por la quita de los 140 millones, y la implícita aceptación de Palacio de Gobierno de que Hagamos no desactive su actuación electoral como lo había pedido inicialmente, son sólo algunas de las negociaciones que permitieron pasar del encono a la reconciliación presupuestal que lograron ayer en el Congreso del Estado en beneficio de la juventud jalisciense, pero que deberá cumplir el Gobierno estatal sucesor del actual en 2025. De a poco iremos conociendo del resto de los compromisos y acuerdos que decidieron mantener en privado.
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