La relación individuo-sociedad
Tanto los padres de familia han de considerar que la educación conlleva a hacer comprender que el desarrollo humano implica saber conjuntar la autonomía del individuo y, a la vez, su participación en la comunidad, y nunca perder de vista que somos una especie humana habitando en este planeta.
Dejar muy en claro que, hasta ahora, nuestra especie se reproduce y multiplica de la relación de dos individuos, hombre y mujer. Lo que genera una sociedad que a su vez sirve al individuo y así certifica el surgimiento de una cultura, que también enriquece al individuo.
Sin absolutizar, el individuo forma parte de la sociedad y ésta de la especie y en su conjunto se forma una cultura. La interacción entre estas dimensiones hace posible la realización del individuo. Además, la relación entre los individuos permite la perpetuidad de la cultura, como bien indica E. Morin.
Dentro de ésta realización humana se encuentra el principio ético que indica la plenitud del ejercicio de la libertad de expresión y auto organización político social. Finalmente, es el individuo el que recibe los beneficios de la sociedad y de la cultura. Por lo que tanto los individuos, en nuestra especie, se enriquecen recíprocamente de ésta creciente relación individuo-sociedad-cultura.
La complejidad de nuestra especie humana, viviendo en este planeta, no se podría comprender si no consideramos el papel tan importante que juega la relación del individuo con la sociedad y estas dos con la cultura.
Sin que se intérprete como que el fin del individuo es vivir para la sociedad o la cultura, sí resulta fundamental conjuntar una relación recíproca, en donde finalmente el individuo acaba por recibir los beneficios de las otra dos, al momento de ejercer su libertad justamente también para servir a la sociedad y a la cultura.
De esta forma, vemos también la importancia de vencer al egoísmo rampante de nuestra especie y que por medio de la cultura, es decir, al mismo tiempo, con la educación, sepa cómo salir de ella sin el inadecuado manejo de los impulsos y la aún reinante justificación de la violencia.
“La educación del futuro deberá velar por que la idea de unidad de la especie humana no borre la de su diversidad, y que la de su diversidad no borre la de la unidad” señala Morin.
A pesar de tantas diferencias entre los individuos por tantas características que nos hacen a cada uno irrepetibles, al mismo tiempo la especie humana comparte los mismos rasgos biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Aunque todos de distinta manera somos muy diferentes, finalmente hay una unidad cerebral, mental, psíquica, afectiva e intelectual.
Dentro de la gran diversidad socio cultural que tenemos en este planeta, acabamos por tener principios y modos de organizarnos en común.
La educación en las aulas de clases debe conducirnos a la comprensión de la unidad en la diversidad, es decir, que a pesar de tantas diferencias existe algo que nos une a todos los individuos que habitamos en este planeta. Tenemos una cultura planetaria, somos una misma especie con muchos rasgos en común y grandes diferencias a la vez.