Ideas

¿La próxima alcaldesa tapatía lucha como niña?

El sanedrín naranja eligió: Pablo Lemus será el candidato al Gobierno de Jalisco. Despejada esta duda, el reflector ahora apunta a la alcaldía de Guadalajara, a donde se perfila la senadora Verónica Delgadillo. Esta posición, opacada entre la alharaca por la gubernatura, vale políticamente el doble a largo plazo. 

Quien encabece la alcaldía de Guadalajara, hombre o mujer, podrá reelegirse. Dos trienios en el poder son la antesala de la candidatura al Gobierno del Estado en 2030. Quien gobierne la Perla Tapatía mañana será un fuerte aspirante a Casa Jalisco pasado mañana. Suponiendo, claro, que el capital político emecista -ese neopanismo “tiktorizado”- dure al menos tres sexenios antes de diluirse como el PAN. Tienen todo para lograrlo: la riqueza súbita, el poder sin contrapesos y la soberbia.  

Ahora, ¿quién es Verónica Delgadillo? Egresada de Ciencias de Comunicación del Tec de Monterrey, la alborada de su carrera política se ubica como representante estudiantil; así conoció a Salvador Caro. Luego ambos coincidieron como consejeros editoriales de un diario local. Comenzaron a colaborar juntos en una asociación llamada Nueva Política. De allí el entonces priista la invitó al emecismo cuando éste renunció al tricolor y saltó a Movimiento Ciudadano para competir por la alcaldía tapatía en 2012 (se cuenta que Alfaro le pidió a Caro buscar perfiles para competir por el Congreso y Delgadillo fue una de ellas).       

En esa elección de 2012 Delgadillo compitió como candidata a diputada local. Perdió pero gracias a sus votos entró de repechaje con Clemente Castañeda y conformó la primera bancada naranja. En 2015 ganó la elección para diputada federal y en 2018 para senadora en fórmula con Castañeda -en esta última contienda MC ganó gracias a los votos del PAN y el PRD; sin alianza habrían quedado en tercer lugar después de Futuro y Morena-. 

En su carrera política la suerte la ha favorecido, pero además Delgadillo “ha luchado como niña” -su eslogan- para hacerse un lugar en el Club de Toby naranja. 

Desde entonces ha tejido relaciones con liderazgos nacionales a diferencia de otras mujeres emecistas que orbitan sólo en torno a Alfaro. Es conocida su cercanía con Dante Delgado y los actores clave del partido. Si bien ha frivolizado su imagen en redes sociales, sus correligionarios le reconocen habilidad política. Tanto así que adelantó a los varones en la candidatura por Guadalajara. 

Se cuida mucho políticamente. Evita la confrontación, rehúye a los encuentros ríspidos y rodea los temas incómodos. Sólo atiende conversaciones favorables o entrevistas inocuas desde la comodidad de la oposición; no se somete a ningún estrés fuera del búnker de la Cámara Alta. Su debilidad, como otros políticos, son los reels de Instagram y la política de aparador. 

Guadalajara es una ciudad que pone a prueba la verdadera estatura de un político (el propio Alfaro salió corriendo y con la carrocería abollada). Delgadillo ha forjado su carrera en la tribuna legislativa, nunca ha gobernado. Por eso algunos se preguntan: ¿basta para lidiar con una Guadalajara en jaque? 



Fe de erratas: La convocatoria para elegir rector de la UdeG debe publicarse en noviembre de 2024, no de “este año” como escribí por error en mi columna de ayer. 

Síguenos en

Temas

Sigue navegando