La previsible debilidad del INE
El Presidente López Obrador celebró el nombramiento de Guadalupe Taddei como nueva presidenta del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE).
Igualmente, celebró que el proceso de designación de los cuatro nuevos consejeros por insaculación, es decir, mediante tómbola, por considerar este mecanismo “más democrático”.
Me temo que hay razones para no estar optimistas respecto al futuro del INE… y el contento presidencial con el resultado del proceso es una muestra de ello.
El atributo de “integridad” con el que AMLO calificó a la nueva presidenta del INE es entendido por López Obrador de una manera peculiar.
Para él, resulta honesta una persona que está de acuerdo con su visión ideológica mientras que no lo es quien difiere de ella, y menos aún quien lo confronta de manera abierta, como lo hicieron los consejeros Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Algunos reprueban la actitud protagónica que los dos consejeros salientes adoptaron en los últimos meses e incluso años.
Pero, probablemente sin la defensa pública del Instituto hecha por ellos, la historia sería hoy muy diferente y quizás tendríamos una autoridad electoral sometida desde hace tiempo al Ejecutivo.
En los últimos días ha surgido una corriente de opinión que celebra los nombramientos de los cuatro nuevos consejeros subrayando que se evitó que Morena tomara el control del INE.
Es cierto que entre los 11 consejeros que conducirán al INE desde mañana, cuando tomen posesión, no hay una mayoría absoluta de incondicionales a Morena.
Sin embargo, la dinámica de los consejos que gobiernan órganos como nuestra autoridad electoral depende en buena medida de dos cosas: de los liderazgos que surjan en esos cuerpos colegiados y de los respaldos que tengan de la propia institución.
Creo que en la coyuntura en la que nos encontramos, el no tener un liderazgo que asuma una defensa firme del Instituto podría conducir a que pierda capacidad para resistir las presiones tanto del Poder Ejecutivo como del Legislativo.
Se presentó en el pasado al menos un caso parecido, cuando Victoria Rodríguez Ceja fue propuesta por el Presidente como gobernadora del Banxico y surgieron diversas voces que advertían respecto a la pérdida de autonomía del banco central.
A 15 meses de esa designación, ha quedado claro que la autonomía e independencia se mantuvieron. Ojalá sea así en el caso del INE.
Hay una determinación que de manera más o menos rápida nos permitirá observar las tendencias del nuevo Consejo: el nombramiento del nuevo Secretario Ejecutivo del INE que habrá de sustituir a Edmundo Jacobo.
El Artículo 41 de la Constitución establece que será Guadalupe Taddei, la nueva presidenta del Instituto, quien habrá de proponer al nuevo funcionario, propuesta que deberá ser aprobada por las dos terceras partes del Consejo, lo que implica ocho votos al menos.
Ojalá me equivoque, pero creo que gradualmente veremos un proceso de debilitamiento del Instituto que va a hacerse notar de manera más clara cuando reciba presiones del Poder Ejecutivo.
Redes sociales: @E_Q_
Internet: enriquequintana.com
Enrique Quintana