La pandemia exhibe al ser inhumano que llevamos dentro
Hay quienes pareciera que nunca tuvieron madre
Las redes sociales de hoy nos permiten conocer lo que sucede en cualquier latitud del planeta en tan solo unos minutos, con lo que nos podemos dar cuenta de que en realidad no somos tan, tan diferentes unos de otros, pues con independencia del régimen en que vivamos y el color de piel o cultura que tengamos, siempre nos encontraremos con seres inhumanos que lejos de actuar… ahora si que como Dios manda, se sienten poseedores de cierta “autoridá” hasta para pisotear el derecho a la vida que todos tenemos. Algunos de los sucesos que hemos podido ver en estos días con motivo de la pandemia, retratan la miseria humana de quienes especulan con alimentos y bienes indispensables para salir adelante ante esta situación, pero sobre todo de quienes circunstancialmente son “autoridá”.
Vemos imágenes de un grupo de policías municipales gritoneando a un pobre micro emprendedor que se atrevió a subir la cortina del local en donde vende algunas baratijas para sobrevivir, y con toda prepotencia llegan, le cierran el negocio y no contentos con eso lo someten a golpes para llevárselo en una patrulla. Por otro lado existen tiendas como Elektra -los ricos consentidos del sexenio- en todo el país, que anuncian sus puertas abiertas, lo menos que uno puede hacer es recordarles a su progenitora, apretar la mandíbula y crujir los dientes.
Y no importa el disfraz o uniforme que porten, otros, con nombramiento de inspectores -“autoridá”, pues- decomisan las artesanías de una familia que ante la necesidad de tener para comer se atrevió a sacar los productos de barro que emergen de sus diestras manos e incomparable imaginación, respaldadas por una tradición centenaria, otrora orgullo de la región, para realizar el trueque por comida o despensa.
Y ni que decir cuando ves llorar desconsoladamente a una mujer luego de que un grupo de policías le tiró al suelo los pollos que había sacrificado para ofrecer en una mesita y con ello mantener a su familia. Historias éstas que son una clara evidencia del resentimiento social de dichas “autoridades”, que lejos de ser sensibles y ver por el bienestar del pueblo, más bien buscan desahogar sus instintos antisociales e inhumanos, eso sí, siempre y cuando sea con personas que no se puedan defender por si mismas, porque de actuar contra los delincuentes nada, mejor se los hacen compadres… ¿verdad, Ovidio?
APUNTE
Olvídense de las bravuconadas y de las injurias a quien se atreva a desobedecer su mandato, pues encubiertos en “la piel de oveja” dicen actuar en pos del bien general, pero en realidad están dando rienda suelta a sus bajos instintos.
Por cierto, quienes así actúan, es evidente que el domingo no tuvieron nada que celebrar… ni familiar, ni socialmente.