La otra cara de la Luna
En momentos cruciales como el que actualmente atravesamos, y que un tema absorbe todas las miradas y la atención se concentra en una sola dirección, es la oportunidad para dar la vuelta a la moneda y observar, como suele decirse: el otro lado de la Luna,
Porque, como nos enseñan los que saben, la luna tiene un movimiento de traslación en torno a la tierra –nuestro pequeño planeta-, pero no tiene movimiento de rotación que nos permita observar desde acá, ni siquiera con telescopio, el lado que no nos muestra.
Pero circunstancias como las que estamos viviendo, sí nos dan la oportunidad de ver y analizar lo que es adverso en nuestro modo de vivir, y también podemos razonar y crear opciones para alternativas que nos permitan ver las cosas de distinta manera y tomar opciones diferentes hacia estilos de vida más saludables.
Porque no podemos desconocer que en definitivamente las agresiones a nuestro mundo, de lo cual ya he mencionado repetidas veces, son sumamente nocivas.
Y si a todo esto agregamos la tecnología que ha tomado proporciones planetarias y nos ubican en el centro de la tormenta sea cual sea el lugar en el cual estemos ubicados, esto se convierte en unos cuantos días en algo de dimensiones estratosféricas y más aún definitivamente contagiosas.
Es cierto que poco a poco el mundo se nos fue poniendo al alcance, que real o virtualmente podemos decir que lo tenemos en las manos… Para ir de un lugar a otro, hay compañías que nos ofrecen tours y en cuestión de horas nosotros trasladan a regiones y/o ciudades soñadas… y también es un hecho que las noticias nos llegan casi instantáneamente a través de las redes o de otros medios.
Todo esto, siendo muy bueno, también tiene su parte adversa, porque pienso que si no ponemos cuidado, poco a poco nos puede ir desubicando y tergiversando nuestra propia realidad.
Por eso es muy bueno centrar nuestra realidad y ubicarnos en lo que verdaderamente es importante para cada uno de nosotros en la propia vida, en la situación en la cual a cada quien nos toca vivir organismo y en lo que podemos rescatar, tomando las medidas útiles a implementar.
Epidemias y problemas los hemos tenido siempre a lo largo de la historia, pero ahora con más énfasis se presenta ante nuestros ojos una nueva enfermedad como algo mortal, y lo que debemos considerar es hasta qué punto estamos preparados con una calidad de vida que nos dé fortaleza para afrontar estas amenazas.
Es hora de recapacitar si el estilo de vida nos fortalece o nos debilita, porque no podemos negar que hay quienes descuidan su alimentación, su ejercicio e incluso su descanso normal, olvidan su equilibrio mental, emocional y espiritual requerido para sostener su organismo con buena salud.
Es evidente que muchas cosas de estas podemos pedirlas a Dios, pero es también indiscutible que necesitamos cooperar y poner de nuestra parte para que la fuerza y la salud que Dios nos comunica, sean efectivas y duraderas mientras transitamos por esta tierra.