La nueva ruptura Alfaro-Padilla
Desde aquel momento de la mayor confrontación que tuvieron a inicios del 2010, el entonces alcalde perredista de Tlajomulco, Enrique Alfaro, y el líder político del grupo que domina la Universidad de Guadalajara desde hace más de tres décadas, Raúl Padilla López, no se había alcanzado otro punto tan álgido de ruptura entre estos dos personajes como ha escalado desde el pasado fin de semana por la quita presupuestal de 140 millones de pesos para la conclusión de la primera fase del Museo de Ciencias Ambientales para reasignarlo al Hospital Civil de Tonalá, cuya construcción apenas inició en junio pasado.
Los reclamos implícitos que el gobernador lanzó a Padilla López el lunes pasado de estar detrás de los pronunciamientos de rechazo a la reasignación de esta partida que ha hecho el rector general, Ricardo Villanueva, y su consejo de rectores, “sin dar la cara” representa la nueva frase del rompimiento que hace más de una década fue la de declarar “territorio libre de padillismo” al municipio de Tlajomulco, a cuya presidencia llegó con el apoyo del Grupo UdeG hasta que estalló el conflicto por el reparto de posiciones en el Ayuntamiento.
Desde antes de los tiempos en que Alfaro decidió salirse del PRI para irse al PRD que dominaba el padillismo, la relación ha sido pendular. Nació en el profundo y ríspido desacuerdo por cómo se dio el relevo que protagonizaron el padre de Alfaro y Padilla, cuando el primero le entregó la rectoría de la UdeG al segundo en 1989, y nunca más volvió a esa casa de estudios donde ni siquiera la carrera hizo el hoy gobernador. El pragmatismo que empezó a definir su estilo político llevó a Alfaro a dejar a un lado ese episodio de Padilla con su progenitor y lo aceptó de aliado desde que fue diputado de Legislatura LVIII y luego para competir nuevamente por Tlajomulco que había perdido cuando compitió por el PRI. Luego del pleito en este municipio, Alfaro y Padilla se volvieron a acomodar dos años después para, ya desde el partido Movimiento Ciudadano, hacer un bloque legislativo con el PRD, que hiciera contrapeso al gobierno priista de Aristóteles Sandoval, en el debut parlamentario en Jalisco del partido naranja y de ahí hasta su llegada a la gubernatura en el 2018.
Pese a que la relación de aliados políticos se terminó en el proceso electoral 2020-2021, donde luego de no llegar a acuerdos el Grupo UdeG fundó el partido estatal Hagamos, se mantuvo la colaboración pese a diferencias en el presupuesto de este año y la distribución del crédito por el COVID-19 en el manejo de la pandemia.
Algo se movió en esa relación que desde el gobierno estatal dijeron hacer suya una iniciativa de un diputado de la bancada naranja para quitar dinero al proyecto más impulsado por Padilla, como es el Centro Cultural Universitario, pese a tener dinero sin ejercer del préstamo adquirido para atender la pandemia.
Este claro rompimiento Alfaro-Padilla se da a unos días que el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) embistiera nuevamente contra Padilla desde su púlpito presidencial mañanero, y cuando la tregua AMLO-Alfaro nunca había estado tan estable. Como en política no hay coincidencias, este sería un factor que podría hacer más estruendosa la separación. Veremos.
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