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La necesaria autopsia de una epidemia de casi 10 mil

Más que sintomático fue que las autoridades de Salud en Jalisco, representadas por el secretario Fernando Petersen, y Consuelo Robles, titular del Organismo Público Descentralizado Servicios de Salud Jalisco, no hayan salido ayer a informar sobre el último corte de la epidemia de dengue que sigue imparable pese a la baja de temperaturas propias de la ya inminente temporada decembrina, cuando se esperaba una baja en los casos por la disminución del mosco transmisor.

Lo primero que viene a la mente es que la razón de esta ausencia es que no hay ya justificaciones que valgan para salir exentos de responsabilidad, en el hecho de que Jalisco siga como el estado número uno en el País en casos de este padecimiento con 9 mil 600 confirmados, lo que significó un aumento de 744 casos en sólo una semana. Lo más preocupante es que esta cifra de crecimiento está entre la media de los 500 y 800 casos por semana que se han registrado desde septiembre pasado que se disparó la incidencia.

En la primera referencia que hice aquí a esta, que sin duda ha sido la epidemia más grande de dengue, y tal vez de cualquier otra enfermedad en la historia reciente del Estado, justo en septiembre pasado, cuando de la crisis de salud pública se pasó a la crisis política por las acusaciones que se hacían en las colonias con brotes de este virus, de acciones gubernamentales tardías y hospitales saturados, que provocaron que en el Congreso local la oposición pidiera la renuncia del titular de la SSJ, planteé que era necesario, además de redoblar las acciones para detener la escalada de casos, hacer un diagnóstico para saber por qué se nos habían triplicado hasta esa fecha los casos en relación con el año pasado y así evitar que nos volviera a suceder.

Insistí en esa necesidad en octubre pasado que Jalisco pasó del segundo al primer lugar en número de casos con cinco mil 704 casos, 13 defunciones y apenas 26 en estudio. Hoy en estudio están 112, y los otros dos indicadores se dispararon al doble.

Lo cierto es que lejos de haber una revisión puntual de lo sucedido para que el dengue se haya convertido en una de las amenazas más grandes para la salud de los jaliscienses este año, lo que ha habido de parte del gobierno de Jalisco son posturas acríticas que incluso han justificado el uso de insecticidas caducos.

Por eso, serán muy importantes los resultados de la investigación que realiza la propia Contraloría del gobierno estatal sobre el caso particular del uso de plaguicidas pasados de vigencia, para ver si los lugares de su aplicación coinciden o no con las colonias donde se confirmaron los brotes de la enfermedad, pero sobre todo la que hace la Comisión Estatal de Derechos Humanos que investiga el actuar en general de las autoridades ante la crisis del dengue. Ojalá sea una verdadera autopsia de lo ocurrido que deslinde responsabilidades, pero, sobre todo, evite que el próximo año mueran jaliscienses por esta enfermedad y otros casi 10 mil la sufran.

jbarrera4r@gmail.com

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