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La música crea armonía

Los alcances de la música como terapia han trascendido fronteras, idiomas, ideologías y hasta especies. Los chinos poseen innumerables temas musicales para diferentes problemas de salud como estreñimiento, insomnio, hígado, corazón, etcétera. Del mismo modo en ciertos monasterios, los monjes tocan música a los animales a su cargo y han encontrado que las vacas al escuchar Mozart dan más leche.

Nosotros estamos formados por agua “fluidos” en más del 70% de nuestro cuerpo, nuestros huesos son excelentes conductores de la vibración y tenemos una serie de densidades en función de la masa, del tejido, la grasa, los músculos, los órganos y los huesos. Dada la forma tan profunda en el que el sonido afecta a estas sustancias, es fácil entender como nuestro cuerpo y espíritu reaccionan a los patrones de la música.

Cuando escuchamos un bajo grave resulta extremadamente importante. El bajo actúa como onda portadora de las frecuencias más altas y crea un camino hacia la curación, para que entre la energía de la fuerza vital.

Al pensar en las enfermedades, el doctor Govindha McRosti, llegó a la conclusión de que las enfermedades son la falta de tranquilidad y armonía; así como la presencia de distorsión, ansiedad, disonancia, desilusión y desconexión (fragmentación de la psique) son sinónimos de la misma cosa. Ciertos sonidos atacan áreas específicas, pero la combinación de los sonidos en música es lo que hace que se involucren las emociones. Sin una curación emocional, a nivel del alma, no puede haber una curación completa del cuerpo físico.

Nuestra primera experiencia sensorial en la vida como feto en el útero, es la de la vibración y el sonido. Flotamos con ligereza, en el líquido amniótico a temperatura corporal. El fluido llega hasta el tímpano, pero, el sonido viaja con cinco veces más efectividad por el agua que por el aire; por lo que el sentido auditivo se amplifica. La sinfonía de patrones del sonido que experimentamos entonces queda profundamente gravada en nuestra mente subconsciente para el resto de nuestra vida.

En 1989, un ingeniero aeroespacial dio a conocer que tenía grabaciones con sonidos del vuelo de la sonda espacial Voyager. Estas grabaciones se realizaron muestras el Voyager pasaba por los planetas exteriores de nuestro sistema solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Las grabaciones estaban cargadas de partículas electromagnéticas de esos planetas que vibran dentro de un rango que es audible para los seres humanos.

Escuchar música conscientemente refinara vibraciones de una manera misteriosa, sutil y efectiva a las vez, como ningún otro medio podría hacerlo. Para entender por qué la música en general puede curar, uno debe comprender el sonido y su efecto sobre la materia física. La salud y belleza es un conjunto de armonía que nace de nuestro interior.

blancaalcala@hotmail.com

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