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La manzana envenenada del Cártel Inmobiliario

En el debate en torno al segundo piso en Avenida López Mateos se esconde una especie de acertijo. Mientras la discusión pública se ha centrado en las consecuencias de una obra vial como esa -más autos- pocos han reparado en la causa raíz: el crecimiento desordenado de la mancha urbana que impulsa el Cártel Inmobiliario. 

En 2007, José Manuel Verdín, secretario de Vialidad de Emilio González, lanzó el viaducto López Mateos, que consistió en cerrar siete cruceros de Avenida Las Rosas a Camino al ITESO para realizar el recorrido en diez minutos. 

En ese momento, colectivos como GDL en Bici, Guadalajara 2020, el Colectivo Ecologista de México y Ciudad para Todos -con Mario Silva, Patricia Martínez y el Negro Soto en sus filas activistas- criticaron esa “ocurrencia” que privilegió a los carros en demérito de peatones, el transporte público y la movilidad no motorizada. 

En aquel entonces ya nos quejábamos del tráfico en ese corredor urbano. Después de 15 años, un “viaducto” y un nodo vial millonario, nos asombramos por el tráfico que empeora cada día. En ese entonces se hablaba de un aforo vial de 36 mil autos al día que recorrían López Mateos. El dato más reciente que encontré al 2019 superaba los 95 mil vehículos diarios. Casi se triplicó. 

Ahora, ¿culpamos sólo a los malditos automóviles? Sí y no. 

Imaginen que hace 15 años, además de debatir sobre opciones viales, hubiéramos discutido un crecimiento ordenado de Tlajomulco. Dibujen una imagen mental del corredor de López Mateos hace 15 años y compárenlo con una de este momento. Irreconocibles, ¿cierto? Fraccionamientos, negocios, plazas comerciales y en resumen, el horrible modelo gringo de ciudad que desplazó el concepto barrial más propio de nuestra cultura.  

Ahora, ¿cuántos desarrollos urbanos se han construido en 15 años en el Sur? Sería tonto pensar que la gente elige vivir en cierta zona del Sur porque compró un auto y no que adquiere un auto porque llega a vivir al Sur, en donde no hay otra opción para desplazarse. 

Según reportes periodísticos, en el trazo de López Mateos Sur se alistan 22 desarrollos inmobiliarios que llevarán 20 mil habitantes a la zona. Por su parte, los vecinos de Bosques de Santa Anita han amenazado con cerrar la avenida si se conceden más permisos para desarrolladores. 

El error radica en la forma en que hemos enfocado el problema: sin un crecimiento urbano ordenado no habrá infraestructura vial, transporte público ni ciclovías que alcancen para resolver el tráfico. Nuestras ciudades crecen al ritmo que dictan los intereses inmobiliarios. Y nos están ahorcando. 

@informador.com.mx

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