La mano que mece la cuna
Las venganzas y cobros de factura de Andrés Manuel López Obrador han sido tan reiterados a lo largo de los más de 5 años de Gobierno que son plenamente identificables. De ahí que aún sin tener pruebas, tampoco existan dudas que está su marca en torno al crematorio descubierto y rápidamente borrado en Ciudad de México, y en la acusación de corrupción contra la periodista María Amparo Casar, más otro caso que está tomando dimensiones de escándalo como es el del obispo de Chilpancingo. Todo esto sucedido sólo esta semana, como si “la mano que mece la cuna” tuviese prisa por seguir ajustando cuentas antes de abandonar la silla presidencial.
Luego que Ceci Flores, fundadora de las Madres Buscadoras de Sonora, denunciara la existencia de un crematorio clandestino entre las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac, en la Ciudad de México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a la activista de ser parte del bloque conservador y de traficar con el dolor de madres con hijos desaparecidos.
En conferencia de prensa y sin pregunta de por medio, el Mandatario federal acusó se trataba de un acto de desesperación por “la ambición desmedida” al poder y al dinero, las cuales, indicó, son “grandes tentaciones” que pueden llevar a las personas a desquiciarse.
Tras la afrenta proferida por el Presidente, quien la acusó de realizar un montaje y venderse a la oposición por dinero, Ceci Flores regresó al sitio donde afirma se cremaron cuerpos clandestinamente, sin embargo, un grupo de policías le impidió el paso.
La Fiscalía de la Ciudad de México ya había limpiado el sitio y se había llevado todas las evidencias. El jefe de Gobierno, Martí Batres aseveró que “se encontraron algunos restos óseos”, pero “de acuerdo con los peritos, pertenecientes a animales caninos”, es decir, a perros.
Ceci Flores, quien con pala en mano ha recorrido el país durante 9 años de labor y ha recuperado más de 2 mil 700 cuerpos de hombres y mujeres desaparecidos, sin ninguna duda, puede fácilmente distinguir un resto óseo de una persona al de un perro, y por ello son válidas sus preguntas: “¿Si el crematorio no tiene cuerpos humanos? ¿Por qué están vigilados? ¿Por qué tanta molestia? ¿Por qué tanta atención en resguardar huesos de perro? Porque eso dijeron que era todo lo que estaba abajo”, explicó.
Otro caso que cobra relevancia al cierre de esta semana es la acusación en contra de María Amparo Casar de cobrar pensión en Pemex de forma indebida. Amparo es nada menos que presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), es decir, una personalidad que a lo largo del sexenio le ha causado múltiples dolores de cabeza a Andrés Manuel por sus críticas y reportajes,
Casar es señalada de recibir una pensión por accidente tras la muerte de su esposo Carlos Fernando Márquez, la cual no le correspondía debido a que falleció por suicidio.
El director de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, sostuvo que la muerte del ex coordinador de asesores de la petrolera estatal, Carlos Fernando Márquez Padilla García, ocurrida en 2004, se debió a un presunto suicidio, por lo que acusó a la académica María Amparo Casar Pérez de cobrar una pensión indebida por más de 31 millones de pesos tras hacer pasar el hecho como un accidente.
En este marco, el titular de Pemex reveló que la empresa presentó una denuncia contra Casar, actualmente presidenta de MCCI, por lo que calificó como un acto de presunta corrupción y agregó que la dependencia a su cargo busca recuperar esos 31 millones de pesos pagados a María Amparo Casar por la muerte de su esposo.
Tras la revelación del titular de Pemex, el Presidente Andrés Manuel López Obrador arremetió contra la presidenta de MCCI, quien apenas hace un día presentó su libro “Los puntos sobre la íes. El legado de un Gobierno que mintió, robó y traicionó”, en el cual se hace un balance muy crítico sobre la actual administración federal.
El escándalo en torno al obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien fue reportado como desaparecido por alrededor de 48 horas y después se informó fue ubicado en condiciones todavía no esclarecidas, es un tema aparte que tendrán que dilucidar a la brevedad las autoridades y contestar no pocas preguntas en torno a las discrepancias expuestas por parte de la Fiscalía del Estado de Morelos, y el Comisionado Estatal de Seguridad Pública.
En una primera versión se aseguró se había tratado de un secuestro exprés.
El fiscal de Morelos, Uriel Carmona, informó de que la principal línea de investigación apuntaba a un secuestro exprés: criminales lo habrían privado de la libertad, sacaron dinero de sus tarjetas e hicieron compras. Luego lo soltaron.
“Hay casos que desafían la lógica, en este caso no es así. No contamos todavía con una declaración suya. Rangel fue trasladado a un hospital privado. Los médicos no han autorizado que la Fiscalía le tome su declaración. Cuando lo haga, sabremos. Estamos por corroborar el hecho de que fue privado de su libertad, le robaron dinero e hicieron compras usando sus tarjetas. Lo que sí es que todo parece que ocurrió en Cuernavaca”, dijo Carmona. También se especuló la posibilidad de que los captores del obispo lo hubieran drogado. Algunos medios de comunicación incluso señalaba fin que el religioso había dado positivo por cocaína y benzodiacepinas, el primero excitante, el otro sedante.
Pero José Ortiz Guarneros, comisionado de Seguridad Pública, tumbó por completo la hipótesis de la Fiscalía, tras ventilar que hay grabaciones que demuestran que entró por su propia voluntad a un motel en compañía de otro hombre.
“Hasta donde sabemos entró voluntariamente al motel con una persona del mismo sexo. Esa persona después se retiró. Es todo lo que sabemos. Fuimos a pedir información pero ya había llegado la Fiscalía y no nos permitieron”.
Cabe destacar que el obispo Rangel Mendoza cobró notoriedad hace un par de meses tras garantizar que un presunto narcotraficante entrevistado por Latinus sí era quien decía el medio de comunicación mientras que AMLO había desacreditado la entrevista. Por esos mismos días logró una negociación con las dos principales bandas criminales en Guerrero, Los Tlacos y Los Ardillos, para lograr una tregua y restablecer la paz en Chilpancingo y otras zonas de la entidad.
Ceci Flores es incomoda al actual régimen porque ha cumplido con la labor que el Gobierno se niega a hacer y ha evidenciado las miles de fosas con cuerpos que tienen tapizado este país.
María Amparo, con las investigaciones de MCCI, ha sido otra piedrita en el zapato para AMLO durante este sexenio.
Y el obispo de Chilpancingo ha sido otro fuerte crítico del Gobierno de López Obrador y al igual que Ceci ha cumplido una responsabilidad que correspondería a las autoridades, la de buscar la pacificación en las regiones.
En los tres casos, es viable advertir, está la marca de “la mano que mece la cuna”.
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