La lección de los wikis
Cuando se aceptó la idea de la candidatura independiente, se creyó que estos candidatos serían los salvadores del sistema político mexicano. Ahora que perdieron, se considera que son un fracaso.
Los dos planteamientos están equivocados. Los candidatos independientes no son la panacea: son un camino complementario para participar en la vida electoral mexicana y son, además, el reconocimiento de un derecho individual que había sido coartado. La Constitución establece que los mexicanos pueden votar y ser votados, pero la real politik ponía en medio a los partidos políticos (ahora pone cientos de miles de firmas, no es que haya cambiado tanto).
Los candidatos independiente s no sustituyen a los partidos políticos, naturalmente, pero sí oxigenan las elecciones, sí traen temas a la agenda pública y sí ofrecen un camino alternativo para liderazgos y causas que no quepan en los rígidos y entelarañados partidos políticos. Y ojo, este camino se abre para liderazgos oscuros y para políticos tramposos, claro. Ser candidato independiente no significa que se es santo. Se es tan honesto y auténtico o tan perverso como se sería adentro de un partido político.
Ahora bien, tras los resultados de la elección, ¿es posible afirmar que los candidatos independientes son un fracaso? ¿Que México no está listo para candidatos independientes? No, ni lo uno ni lo otro. Ni de lejos. No importa que Margarita Zavala haya renunciado, “El Bronco” haya quedado en un lejanísimo y pequeñísimo cuarto lugar, que Manuel Clouthier no lo haya logrado o que los wikis en Jalisco hayan sido rebasados por la ola Morena para el Senado y las diputaciones.
Zavala, me queda claro, tiene capital para seguir caminando, igual que “El Bronco”. Y los wikis, ¡por supuesto! Ellos lo dicen lindo y pegador (“somos un bosque”) pero me parece que lo plantean en serio: su agenda se queda, y, afortunadamente, sus métodos para llevar propuestas legislativas a buen término ya demostraron su eficacia. No necesitan a un senador sin bancada, necesitan un portavoz y ya lo tienen.
Por otro lado, ante la desaparición de los partidos pequeños del escenario político nacional (y regional), la vía de las candidaturas independientes se convierte en la puerta de entrada para liderazgos y banderas políticas que se vayan con los partiditos. Hoy no duele mucho que desaparezcan Panal y el PES, pero en algún momento fue trágico que desaparecieran el Partido del Centro Democrático (Camacho y Ebrard lo lideraban) o el Partido Social Demócrata (del que salieron los impulsores de la ampliación de derechos a la diversidad sexual), porque con su desaparición se cerraban de tajo todas las puertas para participar en la vida electoral y por lo tanto, en las decisiones públicas. Hoy no. Las opciones políticas reales tendrán siempre el camino independiente y, como lo han mostrado los wikis, al perder no desaparecen. No tienen registro que perder y tienen muchas cosas qué decir. Es más, quizá ni siquiera necesitan ganar.
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