La jugada maestra de Alfaro en el Judicial
Si un partido te nombra, a ese partido te debes. O, en este caso, a un gobernador. La jugada maestra que prepara Enrique Alfaro para el cierre de su administración es digna de un premio a la maroma. Pese a que hay una postura expresa de David Gómez-Álvarez (a saber, titular del Consejo de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción) para “evitar el reparto de cuotas y cuates”, la realidad es que eso ocurre y ocurrirá de nuevo en el Poder Judicial de Jalisco.
Sin darle vueltas al asunto, el góber que heredará la estafeta de mando este año pretende acuñar un despacho jurídico de ensueño, con poder jurisdiccional para avalar todo lo avalable y defender todo lo defendible. Y lo mejor: pagado por todos los jaliscienses, porque estará integrado por jueces y magistrados.
Tanto en el Supremo Tribunal de Justicia como en el Tribunal Administrativo del Estado, las piezas naranjas están en la lista de favoritos para ocupar uno de esos puestos de ensueño que tienen sueldos de seis dígitos, prestaciones de no creerse y un mes 13 que se merecen porque trabajan de sol a sol y sin límite de tiempo.
Y lo mejor: son trabajos garantizados por 10 años, con la posibilidad de repetir por cuatro más. Dos sexenios de blindaje e impunidad para quien dio la orden de entregarles el privilegio.
Es la operación perfecta. Sin cicatrices y con una recuperación inmediata.
Dicho por los que le saben a lo que esconden las paredes del Judicial, la selección que el partido Movimiento Ciudadano ha hecho de magistrados y jueces está repleta de servilismo. Aunque el adjetivo es más suave que los que surgen de la fuente original: chupatintas y lamesuelas.
La meta del góber de los días históricos es simple: perdurar. Aunque ha dicho que este es su último puesto en la política, Enrique Alfaro ha preparado el terreno para convertirse en el poder fáctico de quienes están a cargo de la justicia pronta y expedita. Cada autorización de uso de suelo y cada terreno susceptible de construirse contarán con el aval de quienes le deben el puesto.
“Todos lo saben: el que controla el Judicial es Rafa Martínez”. La fuente no miente: el hermano de la ex esposa del gobernador Alfaro (Lorena Martínez) es el poderoso operador que se encarga de proteger a los camaradas y embestir a quienes no se cuadran, y desde cuya oficina se decide cuál expediente se envía a qué juzgado. El poder detrás del poder, pues.
Desde que Aristóteles Sandoval era gobernador, en el Ejecutivo se acuñó la “estrategia” de conformar cotos de poder en el Judicial. En esta ocasión, el góber quiere la combi completa, y a partir de ello se han hecho una gran cantidad de negocios en escrituras. Pero… ¿quién va a exhibir un acuerdo así de jugoso cuando el pastel alcanza para todos?
El plan perfecto para que las licitaciones a modo se entreguen sin obstáculos ni críticas está en los periodos vacacionales: julio y diciembre. Ahí están las luminarias multimillonarias de Zapopan o Parkimovil. Y si uno es malpensado, que lo es, un dinerito extra para las campañas electorales no cae nada mal cuando es 2024 y, como dije, quieres la combi completa.
La renovación de puestos ya es un hecho y los nombres están en la mesa. Tres perfiles a modo para al TAE y otros siete para el Supremo Tribunal. Todos, ungidos por el fundador del alfarismo.
¿Por qué es tan jugoso el control del Judicial? Pues porque representa el control de los grandes casos a través de resoluciones judiciales. Desde inmobiliarias (donde esta administración ha dejado su sello) hasta mercantiles y penales. Todo el esquema de justicia.
Hoy, por lo pronto, goza de una amplia mayoría en la Justicia Laboral. La mayoría de juzgadores en la nueva sede de Ciudad Laboral son alfaristas. Y con un presupuesto histórico del 2% que cuenta con su firma, ¿cuál Daniel Espinosa Licón podría hacer que el timón cambie de rumbo?
Así es el alfarismo: acapara, no negocia y a quien no le sirve lo deja fuera del plato. Ahí está el PAN reducido a nada, aunque fue gracias al PAN, con Emilio González Márquez, con quien obtuvo notoriedad estatal y, a la distancia, la posibilidad de ganar la gubernatura.
Así, Alfaro puede darse el lujo de retar a la dirigencia nacional de MC. Por una parte, “Dantertaker” Delgado le debe más a él que el góber a Dante. Sin él, hoy su registro estaría fuera del juego y el señor del sombrero gánster no podría echarse su merecida siestecita en una curul.
Por eso hay que fijar la mirada en el Judicial. El primer mandatario que disfruta regañar en público va por todo. Quiere convertirse en un poder que trascienda a su sexenio. Un poder fáctico, por cierto, como el que tanto le molestaba en la figura de Raúl Padilla.