La inteligencia artificial avanza rápidamente
Robots humanoides operados por inteligencia artificial (IA) afirmaron ayer en una conferencia de prensa convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que en el futuro podrían dirigir el mundo mejor que los seres humanos. Por lo tanto, deberíamos ser más conscientes de la trascendencia de su participación en nuestras actividades, a pesar de que aún no poseen emociones.
Algunos de los robots más avanzados del mundo asistieron la semana pasada, junto con más de dos mil participantes, a la Cumbre Mundial sobre la IA para el Bien Social, organizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), un organismo especializado en tecnología de la ONU.
Expertos, líderes y representantes de empresas discutieron sobre la necesidad de elaborar normas que garanticen que estas nuevas tecnologías se utilicen con fines positivos para la humanidad, como abatir la pobreza o mejorar la salud.
Este evento es la antesala de muchos otros que irán poniendo a los robots con elevada inteligencia artificial en la vitrina de los grandes cambios que se avecinan en el estilo de vida que ya se está desarrollando.
Si bien no tienen emociones y sentimientos, los robots pueden comprenderlos muy bien y tomar mejores decisiones, ya que precisamente este aspecto sentimental de los humanos es más un factor perturbador que un acierto.
La velocidad para procesar la información de miles de bancos de datos, con una precisión sorprendente, puede permitirles saber cosas que nosotros tardaríamos años en conocer.
La era de la IA ha llegado para quedarse, y es indispensable que trabajemos en conjunto con ella. Aunque muchas personas se resisten y no encuentran la manera de relacionarse con todos sus beneficios y aportaciones.
Muy pronto se verá obsoleta la escuela, pues un robot maestro podrá llevar perfectamente la instrucción de un alumno en cualquier materia y con los mejores métodos pedagógicos, al igual que muchas actividades en las que, con sólo preguntar su punto de vista, podrán darnos indicaciones o instrucciones sumamente precisas.
Muchos especialistas se preguntan para qué queremos que tengan emociones o sentimientos si es precisamente lo que nos hace más frágiles y vulnerables. Parece que es mejor que tengan buenos modales, sean afables y respetuosos; pero sin miedo, enojo, ira, gritos y tristezas. Que no mientan y manipulen es mucho más importante. De esta manera, los robots irán corrigiendo los defectos humanos y podrán llegar a ser mucho mejores que nosotros, y en su caso, tal vez hacerlo todo mejor.
La pregunta entonces es: ¿qué podemos hacer mejor nosotros que la IA? Y el consenso es amar.