La imposible aritmética electoral para votar jueces
Mientras celebrábamos a La Patria con La Arrolladora Banda El Limón nos metieron en un “arrollador” Proceso Electoral Extraordinario 2024-2025, que comenzó el lunes 16 de septiembre en todo el país para renovar al Poder Judicial de la Federación.
La reforma judicial plantea dos rondas electorales para votar a las y los juzgadores, una el primer domingo de junio de 2025 y otra en las elecciones intermedias de 2027.
En un escenario conservador (apriete el estómago), sólo en Jalisco el próximo año votaríamos alrededor de 73 cargos federales: nueve ministros de la Corte; dos magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y tres de la Sala Regional de Guadalajara; más cinco del Tribunal de Disciplina Judicial.
Hay que sumar la mitad de los 69 magistrados de los Tribunales Colegiados del Tercer Circuito de Jalisco y la mitad de los seis magistrados de los Tribunales de Apelación más la mitad de los 33 jueces de distrito.
Si consideramos seis aspirantes por cargo –dos propuestos por cada uno de los tres Poderes de la Unión–, en la boleta tendríamos alrededor de 438 candidatos y candidatas. Hablo sólo del 2025 en Jalisco.
Si esto implica un problema logístico, en 2027 deben renovarse la totalidad de los Poderes Judiciales estatales y la otra mitad del Poder Judicial de la Federación.
Significa que en Jalisco elegiremos, además de medio centenar de jueces y magistrados federales de la segunda ronda electoral, a otros 272 jueces y 34 magistrados estatales. Esto da alrededor de 360 puestos de elección popular.
Si otra vez consideramos seis aspirantes por cargo, las y los jaliscienses tendríamos dos mil 160 opciones para tachar en la boleta para 2027.
¿Cómo diablos se implementa una elección de este tamaño?
Los datos de juzgadores corresponden al Censo Nacional de Impartición de Justicia Federal y el Estatal 2023 del INEGI, por lo que podría haber ligeras variaciones.
Hablé con Hamlet García Almaguer, Consejero Nacional de Morena. Entrevisté a un ciudadano de Chicago, en donde eligen a los jueces por voto popular. Conversé con dos especialistas y un ex consejero de la judicatura estatal.
En las próximas entregas les compartiré algunas claves para descifrar este acertijo o al menos aproximarse a algo parecido a una solución distinta al desastre que todos vaticinan.
P.D. Una disculpa por la cantidad de cifras, pero sólo reflejan el desafío inédito de esta elección. No hay otra forma de abordar su complejidad.