La importancia de Cerro del Cuatro
La tercera fue la vencida y la Universidad de Guadalajara logró finalmente que le donaran el predio de reserva en el Cerro del Cuatro. Se trata de la ladera Nororiente de la mayor de las tres puntas que conforma la orografía del Sur de la ciudad. El Cuatro es famoso por ser en la práctica la torre de telecomunicaciones de la ciudad, ahí están todas las antenas de radio y televisión, pero también por las invasiones de los años setenta y ochenta que prácticamente cubrieron la ladera Poniente hasta la punta.
Cuenta la leyenda que este volcán inactivo debe su nombre no a que ahí se ubicó la antena de canal 4 de Guadalajara, como se creyó en un tiempo, sino al cuatro batallón de infantería de las fuerzas obregonistas que entraron un 8 de julio de 1914 por una pequeña brecha que bordeaba el cerro y que años después se convirtió en la avenida que hoy lleva esa fecha por nombre. Sin embargo, el que no existan referencias a su nombre anterior me hace pensar que se llamaba así desde antes de la Revolución (ojalá algún historiador pueda sacarme de dudas).
El Cerro del Cuatro es parte de un eje volcánico extinto que viene desde el volcán de Tequila, los volcanes de la Primavera (Planillas y San Miguel) su vecino el Cerro del Tesoro y en Tonalá el Cerro de la Reina. Como la mayoría de los volcanes relativamente jóvenes que nos rodean -cuando se habla de cerros los años son siglos- el volcán nunca desarrolló una capa vegetal importante, lo que ahí crecía de encino (roble), papelillo y copal y los carboneros del siglo XIX dieron cuenta de ellos en muy poco tiempo. Por ello no hay nadie vivo que haya visto en esa punta nada más que arbustos.
Reforestar el Cerro del Cuatro no es un capricho; es fundamental para mejorar la calidad del aire en la zona más afectada de la ciudad
En su primer periodo como alcalde de Tlaquepaque, Miguel Castro tomó la decisión, contra los intereses inmobiliarios que lo rodeaban, de mantener la reserva de lo poco que queda sin urbanizar en el cerro y hacer un parque. Con apoyo del gobernador González Márquez; en su segundo periodo como alcalde, se hizo un parque en la zona, pero todos los intentos de reforestación han fracasado porque el cerro lo que necesita antes que nada es un laborioso, costoso y paciente trabajo de suelos que no se hace en un trienio ni en un sexenio.
Reforestar el Cerro del Cuatro no es un capricho; es fundamental para mejorar la calidad del aire en la zona más afectada de la ciudad, pues las cuencas de viento concentran los contaminantes de toda el Área Metropolitana en esa zona. La Universidad de Guadalajara se ha comprometido a hacer en este predio de 55 hectáreas un centro universitario de baja densidad y restaurar el resto. No sé si tengan claro el trompo que se echaron a la uña, pero lo cierto es que si una institución tiene los conocimientos técnicos y la visión de mediano plazo para restaurar el cerro esa es la Universidad. Ojalá lo entiendan, pero sobre todo, que lo hagan.
(diego.petersen@informador.com.mx)