La gran simulación
A pesar de estar disfrazados de procesos internos de sus partidos, todos sabemos que las contiendas entre las “corcholatas” del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y entre las “gelatinas” del PRIAN son en realidad un proceso para elegir al candidato presidencial de uno y otro bloque de partidos.
En esta farsa política, al seno de Morena y sus partidos aliados están eligiendo a quien será el coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación en una contienda política que arrancó el pasado 19 de junio y cuyas giras llamadas “asambleas públicas con militantes” terminarán el 27 de agosto, para luego realizar encuestas y presentar al “coordinador” de la 4T el 6 de septiembre.
Por su parte, los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y lo que queda del de la Revolución Democrática (PRD) conformaron el Frente Amplio Opositor (FAO) con figuras de la sociedad civil como el empresario Claudio X. González Guajardo y que también lanzó su contienda interna para elegir, en este caso, al coordinador del Frente Opositor, que será anunciado el 4 de septiembre.
A pesar de que oficialmente las precampañas arrancan hasta el mes de noviembre, en los hechos el acuerdo entre las “corcholatas” de Morena, PT y PVEM después de su victoria en las elecciones en el Estado de México es realmente el inicio de las precampañas en el bloque gobernante. Esto aceleró las negociaciones entre PAN, PRI y PRD y de la agrupación Va por México para conformar el FAO.
Como lo explicó el dirigente de Morena, Mario Delgado, al iniciar la contienda entre las “corcholatas”, la argucia para no ser consideradas precampañas y que por tanto pudieran ser sancionados por el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación consiste en no solicitar el voto a los ciudadanos, sino realizar asambleas y reuniones con los militantes de los partidos.
Es la gran simulación, puestos todos sabemos (quienes participan y dirigen este proceso, los medios de información, los militantes de los partidos y la sociedad en su conjunto) que los aspirantes a competir por la Presidencia de la República ya están en precampaña con todos los costos en recursos humanos y económicos que eso conlleva. En Morena nos quieren hacer creer que cada uno de sus seis aspirantes pagará sus movilizaciones en dos meses con apenas cinco millones de pesos, es decir apenas 625 mil pesos a la semana.
Quienes hemos reporteado y participado en campañas electorales sabemos que eso es imposible, que simple y sencillamente las cifras no cuadran. Para empezar, las “corcholatas” de Morena tienen al menos un año pintando bardas, repartiendo impresos y pagando la colocación de espectaculares en las ciudades más pobladas del país.
Ahora ya en sus recorridos en este proceso interno para elegir a “coordinador” de la 4T los aspirantes más fuertes mueven a decenas de miles de personas en todo el país. La mayoría de las “corcholatas” de Morena han apostado por concentraciones masivas que son costosas porque incluyen no sólo el pago de los escenarios de las asambleas (lugares cerrados o abiertos cubiertos con lonas), sino el transporte para llevar a los asistentes al mitin. Además de los presídiums, el sonido y eventualmente regalos a los asistentes.
En los hechos tanto las “corcholatas” de Morena como las “gelatinas” del frente opositor tienen montadas ya oficinas de campaña donde se pagan sueldos, viáticos, gastos de celulares, gasolina, aviones, pago de publicidad, asesores, mercadólogos y encuestas, etcétera.
¿Quién o quiénes están pagado todos esos gastos? ¿De dónde salen los recursos que están pagando esas competencias tan costosas? En Morena sostienen que basta con los cinco millones de pesos que les reparte el partido. Es una burla a la inteligencia de los ciudadanos creer que con esa cantidad se pagan los onerosos eventos de las “corcholatas”. En el caso de los contendientes del FAO, tienen que pagar estructuras en todo el país para recolectar las 150 mil firmas requeridas para pasar a la segunda parte de la contienda.
Algunos contendientes dicen que son aportaciones de los “amigos” o colectas entre sus simpatizantes. Ninguna campaña nacional alcanza a pagarse con recursos de los “amigos”. Las fuentes principales de financiamiento de la política son tres: desviación de recursos públicos, abonos de futuros contratistas del Gobierno, y dinero ilegal.
¿Quién está pagando qué en esta gran simulación que tenemos en las contiendas de Morena y el frente opositor?
rubenmartinmartin@gmail.com