La estrategia 4T en defensa del "Plan B"
Así como las semanas previas a la marcha del 26 de febrero en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fustigó todos los días a organizadores y simpatizantes, la semana anterior orquestó toda una escalada de embates cotidianos desde su púlpito mañanero en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y de su ministra presidenta, Norma Lucía Piña Hernández.
A los cuestionamientos hechos desde su elección entre los que destaca aquella afirmación de que Piña se había convertido en la primera mujer presidenta del Poder Judicial de la Federación por él, por no haber impuesto a nadie como antes se estilaba, el 1 de marzo la cuestionó como nunca cuando se le preguntó por la decisión de un juez de Tamaulipas que dejó sin efecto la orden de aprehensión contra el ex gobernador de esa Entidad, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, acusado de delincuencia organizada y lavado de dinero.
Si ya la había criticado porque otro juez ordenó descongelar las cuentas bancarias de la esposa del ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, justo el día que lo declararon culpable en Nueva York, el miércoles pasado aprovechó el caso Cabeza de Vaca para poner en tela de juicio su capacidad y honestidad al afirmar que desde que tomó el cargo “se desató una ola a favor de delincuentes”. Le reprochó incluso que mientras estuvo su antecesor Arturo Zaldívar había “un poquito mas” de vigilancia sobre los jueces.
Aunque es innegable que urge una profunda reforma al Poder Judicial por los altos niveles de corrupción que siempre ha presentado, es claro que la campaña de señalamientos contra la Presidenta de la Corte responde más a que no era su favorita para representar a la Corte y a su estrategia para tratar de erosionar su legitimidad y ejercer presión ahora que las y los ministros deberán analizar la constitucionalidad o no de las reformas electorales del Presidente.
A ese plan de defensa del cuestionado “Plan B” y contra el que marcharon cientos de miles de mexicanos el domingo antepasado, se sumó el viernes pasado el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien desde la mañanera y muchos otros medios salió a contrarrestar las descalificaciones a las reformas al INE, argumentando que sólo se estaba erradicando a la “burocracia dorada” del órgano electoral y todos sus privilegios, además de que sólo se darían de baja a mil 200 vocales y no los más de 6 mil empleados como asegura el presidente saliente del INE, Lorenzo Córdova.
Así, con toda la influencia y poder de un Presidente que mantiene altos niveles de popularidad, la 4T operará con todo para estar muy cerca y apretando a las y los ministros de una Corte que no está sometida, pero en la que buscarán, que por ningún motivo, se alcancen los ocho de once votos obligados para invalidar su “Plan B” que defenderán con uñas y dientes.
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Jaime Barrera