Ideas

La desigualdad mexicana

Estudios muy bien fundamentados de la sociedad mexicana, como los que se han hecho durante la última década en El Colegio de México, apuntalados por otras instituciones internacionales, nos muestran que la desigualdad o inequidad es su problema principal. 

Mientras se acumulan grandes fortunas, cada vez más millones de paisanos nuestros carecen de lo fundamental o corren al extranjero para ayudar a mantener a los que se quedan. Pero lo cierto es que el porcentaje de miserables ha crecido en las últimas dos décadas, lo cual incrementa el resentimiento social y hace que la estabilidad cada vez se resquebraje más. Si a ello le agregamos que, por angas o por mangas, la derrama de armamento ha cundido por todo el país y que nunca la había habido (por lo menos desde 1950 hay un porcentaje mayor de gente armada, y muy bien armada), podemos concluir que nuestra paz, ya de por sí maltrecha, pende de un hilo.

Fue el presidente Cárdenas quien primero pidió un estudio sobre nuestra miseria para procurar mejores maneras de combatirla. Lo cierto es que, con altibajos, el desequilibrio fue mermando y la falta de instrucción y carencias primigenias, así como exceso de enfermedades y demás problemas inherentes a la miseria fueron menguando con los años. Tal vez pudo caminarse más rápido, pero no hay duda de que se avanzó hasta que empezó a declinar el siglo pasado y la inequidad empezó a recuperar terreno. 

Aunque sea un contrasentido, este fenómeno se empezó a notar cuando el gobierno fue más rico que nunca, durante el sexenio de Fox, quien fue el presidente que dispuso de mayores recursos gracias a los llamados “excedentes del petróleo” cuando se multiplicó por cinco el precio de éste y nosotros todavía no lo habíamos malbaratado. Pero, su incompetencia fue tal que, en vez de generar infraestructura, la mayor parte se desparramó en pingües salarios públicos y semi públicos… De ahí hasta la fecha, todo ha sido perder hasta llegar a la catástrofe traidora de la camarilla de Peña Nieto...

Dudo mucho de que el reparto de billetes entre la gente mayor sea la mejor solución, mas no cabe duda de que es un paliativo que, además, rendirá frutos electorales. Pero es el caso de que durante tres sexenios el retroceso de la equidad mexicana fue mayúsculo, aparte de haber dilapidado entre unos cuantos mexicanos y extranjeros bienes básicos y esenciales de la Nación. Y poco se hizo para que se generalizaran en nuestro país unos cuantos beneficios mínimos e indispensables, no solo para vivir con dignidad sino incluso para integrarse al consumo interno y al desarrollo de la economía nacional. 

De ahí la enorme abundancia de delincuencia nacional y el enorme peligro de que el verdadero “alzamiento en urnas” se traduzca en un levantamiento armado, si algunos mexicanos siguen mirando únicamente su ombligo y no se dan cuenta de la sociedad que han contribuido a forjar o, tal vez, deberíamos decir a deformar.

jm@pgc-sa.com

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