Ideas

La cuestión Harfuch

En torno a Omar García Harfuch se ha desatado una tormenta. El Gobierno a ratos le mete más candela al ex secretario de Seguridad de la CDMX, y a ratos trata de apagar el fuego mediático. Es un tema que amenaza con dividir a cierta comentocracia morenista, pero no necesariamente a la base. 

Como hay mucho barullo, subrayemos que la cuestión central es si este cercano a Claudia Sheinbaum debería ser el candidato al Gobierno capitalino. Sin eso, el rol de Harfuch en Ayotzinapa (antes o después de la noche de Iguala) sería, como lo había sido toda esta administración, tema menor.

Pero ocurrió que su destape coincidió con los preparativos del aniversario de la desaparición de los 43 más crispado en este sexenio. AMLO llegó al 26 de septiembre en punto muerto con respecto a su promesa de justicia y verdad en esa tragedia: los padres ya no le creen.

Pero, ¿Harfuch tiene y se reservó todos estos años información que ayudaría a resolver las dudas sobre los hechos y los responsables de la masacre de los jóvenes? Nadie lo sabe, pero en Morena eso no había sido tan relevante como para importunarlo cuando les sirvió de policía.

Si algo ha cambiado es que opinadores de Morena que lo toleraron en el nada menor puesto de secretario de Seguridad -cuyos resultados son una de las principales bazas de la futura candidata presidencial morenista- no piensan soportarlo sin protesta en la candidatura o en la jefatura.

Omar no ha cambiado, tampoco hay información nueva en la mesa sobre él y los hechos de hace nueve años. Incluso se puede decir que no es para nada sorpresivo que su nombre sea una opción para suceder a Sheinbaum. De dónde entonces su figura resulta tan incómoda para lopezobradoristas.

Llevado al extremo: no hemos visto ruido similar porque gobernadores (es un decir) como Cuauhtémoc Blanco o el potosino Ricardo Gallardo forman parte de todas las fiestas y manifiestos del movimiento. O los del Verde, madre mía. 

¿Alguien de verdad cree que tales personajes poseen similares o mayores credenciales en cuanto a profesionalismo y probidad que García Harfuch? 

Mas eso no genera olas, porque el pragmatismo había sido un carísimo valor del morenismo: ¿el fin justifica los medios salvo que se llame OGH? ¿Cómo van a defender la administración de Sheinbaum en la capital sin reconocer un pilar, al nivel del secretario de Gobierno, en el ex titular de la Policía?

Sheinbaum es Harfuch y Harfuch es Sheinbaum. Si no les gusta, hubieran promovido su destitución hace años. Por cierto, hubo algunos escándalos que ameritaban haber abierto esa discusión. No lo hicieron, no hubo ruido y hoy suena a oportunismo o deslealtad para con la ex jefa de Gobierno. 

Y si tenían en Clara Brugada a su candidata, esas corrientes debieron trabajar para posicionarla más alto en las encuestas en segmentos capitalinos donde o no la conocen o no la aceptan. Tiempo hubo, pero quizá andaban defendiendo la alianza con Manuel Velasco o el militarismo.

La cuestión Harfuch es que la virtual candidata cree que es el que más posibilidades tiene de ganar la capital, que fue su colaborador y lo aprecia como tal, y, sobre todo, que el morenismo de la capital no entiende que su nueva jefa política, con el visto bueno del jefe mayor, ya decidió. Y que la base sí seguirá ese dictado.

Fuera de Morena, empero, la cuestión es si deveras quieren los capitalinos que los gobierne alguien que es básicamente un policía. Eso es lo más importante, pero a eso no ha llegado la cuestión.

Síguenos en

Temas

Sigue navegando