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La competencia electoral será más reñida en los estados

Estamos a 30 días de que terminen las campañas electorales, cuyas últimas actividades podrán realizarse el miércoles 2 de junio.Si hace seis meses se hubiera preguntado respecto al escenario electoral, la respuesta hubiera sido que, a escala nacional, Morena y sus aliados tenían todas las condiciones para arrasar en la contienda.Sin embargo, hoy las cosas parecen diferentes.Todos los indicios derivados de la mayoría de las encuestas publicadas señalan que Morena habrá de mantenerse como la más importante fuerza política a nivel nacional. Es decir, será el partido que más gubernaturas obtenga en la elección y también el que logre el mayor número de diputados federales, pero habrá más competencia de la prevista en las gubernaturas.

El sitio agregador de encuestas, Oraculus, reporta un promedio de 44 por ciento de intención de voto por Morena. Junto con los votos de sus aliados, el PVEM y el PT, pueden alcanzar, de acuerdo con los datos hasta este momento, la mayoría absoluta en la Cámara, pero no está claro si obtendrán de nueva cuenta la mayoría calificada.

Eso implicaría, que podrían aprobar sin problema reformas a leyes secundarias o el presupuesto, pero que no podrían realizar reformas constitucionales sin respaldo de la oposición.

Es decir, cambios como una reforma electoral o la eliminación de órganos autónomos no estarían al alcance del gobierno.

Pero es en las contiendas por los gobiernos estatales donde se observa una más cerrada competencia. Incluso, en estados en los que parecía que la elección sería un día de campo para el partido mayoritario las cosas se han complicado, como en Guerrero y Michoacán, entidades en las que tuvieron que sustituir candidatos.

Morena, igualmente, apostaba a que en los posibles conflictos postelectorales tendría al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) claramente de su lado. Sin embargo, las recientes resoluciones de su Sala Superior muestran que la mayoría de los magistrados adoptará una actitud imparcial.

Una de las explicaciones de la mayor competencia electoral proviene del desgaste del gobierno federal.

Tenemos una inseguridad rampante, un proceso de vacunación que avanza muy lentamente; una economía que aunque empieza a crecer, lo hace a paso muy moderado, y un presidente enfrentado a la oposición, a órganos autónomos y a jueces, magistrados y ministros.

No es imaginable que este cuadro no tenga algún impacto en las intenciones de los votantes.

De hecho, resulta interesante que en aquellos lugares en los que los candidatos opositores son carismáticos o tienen arraigo entre la población, es en donde Morena puede perder en las contiendas por gobiernos estatales o alcaldías.

Eso es una lección para 2024. Si la oposición postula a personajes que logren atraer al electorado, se puede acabar la aplanadora de Morena.

Si no, probablemente la mejor expectativa para los opositores será simplemente evitar que la victoria morenista sea tan avasalladora como la que tuvimos en 2018.

El hecho es que a partir del día 7 de junio, guste o no, comienza la carrera por la presidencia en 2024.

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