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La ciudad sigue su marcha

Cualquier ciudad. Todas ellas requieren, desde sus objetivos primordiales, asegurar una rutina dentro de la que la vida de sus habitantes se desarrolle con la mayor propiedad posible. Y, dentro de esta propiedad, es indispensable aceptar y asumir todas las carencias y necesidades. Y trabajar para resolverlas. Pero también es preciso valorar y cuidar todo lo que, con las dificultades que se quiera, funciona y sigue su marcha.

Dentro de una perspectiva histórica, la ciudad como organismo vivo reafirma cada día su vigencia. De otro modo sería imposible comprender y valorar el largo tramo durante el que, a pesar de múltiples incidencias y factores adversos, Guadalajara ha seguido su camino y su desempeño como la casa común que, después de más de cuatro siglos y tres cuartos, ha llegado a albergar más de cinco millones de habitantes. Sopesar este transcurso constituye un ejercicio de memoria, de reflexión sobre el estado actual de la salud urbana, plantear alternativas frente al futuro.

La lista de retos y carencias es larga: seguridad, una adecuada movilidad, provisión de servicios e infraestructuras apropiados para considerables franjas de la población, una sustentable política de la provisión y el manejo del agua potable y de las aguas servidas, un eficaz tratamiento de los desechos sólidos, la atención a espacios públicos, su alumbrado y limpieza… Son algunos de los desafíos que conforman el diario afán de las ciudades, en los que aún existen fallas, pero sobre los que las instancias de gobierno, a pesar de los pesares, han venido trabajando a través del tiempo. Y que ahora continúan.

Además de revisar lo realizado, y lo que falta, en todos los renglones mencionados, un ejercicio resulta vital: la planeación integral de cara al futuro. El territorio es un bien finito e inapreciable. Gestionar adecuadamente ese recurso, base para el ordenamiento de la zona conurbada, podrá posibilitar que las actividades sociales y productivas encuentren un ordenamiento capaz de apoyarlas y potenciarlas.

Comienzan nuevos tiempos, bajo el gobierno de nuevas autoridades de los tres diferentes niveles. Mucho es lo que hay que atender, que mejorar, que cambiar. Los próximos años serán claves para que Guadalajara, y todas las poblaciones del Estado, encuentren y sigan el camino de todo lo que se ha venido cumpliendo, de lo que es preciso ajustar.

Mientras tanto, la ciudad sigue  su marcha. Una larga inercia de cuidado por el bien público es una realidad, con todos sus bemoles, innegable. Ante ello, como siempre ha sucedido, se requiere aprovechar y fomentar todo lo que funciona, y atender con lucidez los pendientes para afrontarlos de la manera más eficaz y benéfica para toda la ciudadanía.

jpalomar@informador.com.mx

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