Ideas

La carencia de los actuales políticos

Lamentablemente, la percepción de una “casta política” desconectada de la realidad de los ciudadanos y más preocupada por sus intereses personales o partidistas que por el bien común, es un fenómeno que se ha observado en muchos países y que ha contribuido a disminuir la confianza en la democracia.

Con la idea de una “casta política” me refiero a un grupo de políticos que parecen estar alejados de las preocupaciones y necesidades de la población, que actúan de manera elitista y privilegiada, y que mantienen el poder más para conseguir privilegios, que les permiten perpetuarse en él, sin realmente rendir cuentas al pueblo.

Esta percepción puede ser alimentada por prácticas como la corrupción, el clientelismo, el nepotismo, la falta de transparencia, la demagogia y la falta de ética en el ejercicio del poder al estar desconectados con la realidad del pueblo. Todo esto influye para que se pierda la legitimidad de las instituciones democráticas y a disminuir la confianza de los ciudadanos en los representantes políticos que deberían ser.

Para superarlo, es fundamental promover la rendición de cuentas, la transparencia, la participación ciudadana, la ética en la política y la renovación democrática. Los ciudadanos tenemos un papel importante en exigir a nuestros representantes políticos un comportamiento ético y responsable, en participar activamente en la vida política y en promover una cultura de diálogo, respeto y colaboración en la toma de decisiones.

Para lograr una mejoría, necesitamos que los políticos asuman su responsabilidad de servir a la sociedad y de trabajar en favor del interés público, dejando de lado sus intereses personales o de un partido.

La renovación de la política puede iniciar por la iniciativa de una nueva generación de líderes comprometidos con la honestidad, la integridad y la vocación de servicio. Hemos de ser mucho más exigentes y decididos para romper la tendencia que predomina en la mente de los políticos de que ellos tienen el poder, aunque en parte lo que sí tienen es la autoridad que el poder público les otorga para el servicio al país. No para engolosinarse con el cargo y realizar lo que les venga en gana, por encima de las leyes y del interés público. Mucho menos para manipular y doblegar a la gente con su demagogia y falsedad.

Hay un enorme desprestigio y múltiples carencias en los políticos que se comportan como viles burócratas, más ambiciosos por los beneficios del cargo, más que por servir.

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