La aplanadora morenista acaba con los fideicomisos
Tras cuatro días de ignorar los llamados de muchos sectores de la sociedad mexicana a recapacitar y a analizar caso por caso cada uno de los 109 fideicomisos del gobierno federal, ayer en una maratónica sesión que terminó de mañana, la bancada mayoritaria del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus impresentables aliados del Partido Verde, Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES) desaparecieron de un plumazo todos estos entes.
Una muy preocupante señal de regresión quedó después de este nuevo episodio de cerrazón del Presidente Andrés Manuel López Obrador (quien ayer en su mañanera todavía reprochó a las y los diputados que votaron en contra de la eliminación de los fideicomisos, por que según él, estaban defendiendo a la corrupción que se daba en ellos) y de su bancada morenista, que está para cumplir lo que el gran tlatoani disponga.
La aplanadora del gobierno de la cuarta transformación nos hizo recordar los tiempos autoritarios y antidemocráticos de las más rancias eras priistas, a las que perteneció en su momento el hoy Presidente. Eso los hace iguales y descalifica sus narrativas de cambio y transformación del país, de la política y de la vida pública.
Desde la cada vez más cuestionada superioridad moral del gobierno de la 4T por los evidentes casos de corrupción que les han estallado como el caso Bartlett, el culiacanazo y el videoescándalo del hermano del Presidente, Pío López Obrador, y por encargo de su caudillo, las y los diputados metieron al mismo costal a los 109 fideicomisos y lo tiraron a la basura con la justificación de que estaban llenos de aviadores que cobraban sin trabajar, entre otras corruptelas. El caso es que suena más a coartada porque no hay una sola denuncia ante la Fiscalía de esos presuntos malos manejos. Desde luego nadie en este país puede meter las manos al fuego por ninguna dependencia por los casi absolutos niveles de impunidad que hay y que reproducen a diario la corrupción, pero lo que tenía que haber procedido era un análisis fideicomiso por fideicomiso y no su desaparición fast-track.
Esas prisas por sepultar estas instituciones por parte de la bancada morenista dejó en evidencia que más bien se trataba de un rasgo más de los afanes centralistas del gobierno de la autollamada cuarta transformación, para manejar a su antojo y de manera directa los 68 mil millones de pesos que en conjunto manejan esos fideicomisos.
Esta nueva bofetada autoritaria de la 4T que afecta los proyectos personales e institucionales de muchos organismos que albergan a investigadores, deportistas, activistas, artistas, defensores de derechos humanos, periodistas y víctimas de la violencia, entre otros, le harán perder adeptos al presidente y a Morena. De entrada a los directamente perjudicados, muchos de los cuales acompañaron por años en la oposición a López Obrador y hoy les provoca una profunda decepción.
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