La UdeG sin Padilla
Apenas dos días después del fallecimiento de Raúl Padilla López, existe casi un consenso generalizado de que con la muerte del ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) termina un periodo político, tanto en la universidad pública como en la vida política del Estado. Lo que sigue es analizar y comprender cómo y hacia dónde se orientará la transición que siga tras la partida de Padilla.
Otro consenso casi generalizado habla de la trayectoria de Padilla al frente de la UdeG y al frente del grupo político que gobierna esta casa de estudios desde hace 34 años, como una era de claroscuros.
Por un lado se le reconoce como un rector de la UdeG que renovó el modelo educativo y expandió la Red Universitaria para llevarla a toda las regiones de Jalisco. Tras el rectorado de Raúl Padilla la UdeG dejó de ser una institución que sólo prestaba servicios en la Zona Metropolitana de Guadalajara a ser un sistema de educación media y superior en toda la Entidad. No es sólo que llegaran las carreras a ciudades del norte, la costa, el sur o los valles. De la mano de la infraestructura universitaria también llegaron conferencias, museos, exposiciones, estaciones de radio e instalaciones deportivas. La fundación y construcción de los centros universitarios en las regiones de Jalisco amplió las oportunidades y la diversificación de inclinaciones, culturales, políticas o sexuales.
Ya se ha subrayado lo suficiente el papel de Raúl Padilla como gestor o promotor cultural. El papel que juegan en la vida de Guadalajara, de Jalisco y del país instituciones como la Feria Internacional del Libro (FIL), el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, o incluso proyectos como la Cátedra Cortázar hablan del legado que dejó Padilla como impulsor de estos proyectos.
Pero la otra cara del legado define a un personaje político que tomó el control de la UdeG para él y su grupo de afines después de no aceptar el reparto de cuotas que le imponía el viejo grupo universitario que encabezaba Álvaro Ramírez Ladewig, la mayoría de ex presidentes de la violenta y mafiosa Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG). Pero al hacerlo, Raúl Padilla repitió la historia de la UdeG de ser encabezada o controlada por un solo personaje.
La historia de la UdeG ha estado bajo el mandato de líderes políticos, o caciques, primero con Guadalupe Zuno, luego con Carlos Ramírez Ladewig y tras su muerte, su hermano Álvaro Ramírez. Ahora tras el fallecimiento de Raúl Padilla se abre un periodo de transición para definir el futuro al interior de la UdeG y entre esta y los poderes públicos y fácticos del Estado y del país.
Al interior, los herederos del grupo UdeG deben evitar cometer el error de intentar “heredar” el liderazgo o jefatura política que tenía Raúl para pasarla a su hermano Trinidad Padilla López. Sería un error que solamente se traspasara el poder que concentraba Raúl Padilla. Lo que se avizora es que los miembros del sanedrín central como Trinidad Padilla, Tonatiuh Bravo Padilla, Alfredo Peña Ramos y Ricardo Villanueva se reúnan con otros liderazgos universitarios y tomen las decisiones para luego llevarlas a las instituciones universitarias. Es decir, sigan operando como antes, pero sin Raúl Padilla.
Pero el riesgo mayor proviene del conflicto que se mantiene abierto con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez. Roberto Castelán Rueda, académico y escritor muy cercano a Raúl Padilla en algún tiempo, declaró que no tiene la menor duda de que Alfaro ve en el fallecimiento del ex rector una oportunidad política para tratar de intervenir y controlar a la UdeG. Si esto es cierto, se avecinan tiempos más conflictivos al seno de la casa de estudios y en la política local. Este sería el peor de los escenarios en este periodo de transición hacia una UdeG sin Raúl Padilla.
Pero el fin de la era de Raúl Padilla como jefe político o cacique de esta casa de estudios también puede ser aprovechado por todos los universitarios para empujar una auténtica democracia en su interior donde participen todas las corrientes y no sólo las que autoriza el grupo UdeG, y respaldar una universidad comprometida con los principales problemas de Jalisco y con los sectores más vulnerables de la sociedad.
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